La mariposa de Sarah


. Todos los días, su mamá la llevaba a pasear por el parque y Sarah se aferraba a ella con fuerza, sin querer explorar ni jugar con otros niños.

Un día, mientras caminaban por el parque, Sarah vio una pelota grande y colorida que un niño estaba jugando. Se rió emocionada al verla rebotar de un lado a otro y extendió sus brazos para intentar agarrarla. Pero su mamá no la soltó.

"Mamá, quiero jugar con esa pelota"- dijo Sarah con tristeza. "No es seguro para ti jugar con la pelota de ese chico que no conocemos" -respondió su mamá preocupada por la seguridad de su hija.

Sarah siguió llorando y aferrándose a su mamá durante todo el paseo en el parque. Pero esa noche, cuando llegaron a casa, algo extraño pasó.

Mientras dormía en su cuna, tuvo un sueño muy especial: soñó que era una mariposa gigante y multicolor que volaba libremente sobre las flores del jardín. Al despertarse al día siguiente, Sarah estaba más feliz y animada de lo normal. Su mamá le preparó el desayuno y después de comer fueron nuevamente al parque.

Esta vez, sin embargo, Sarah estaba ansiosa por explorar todo lo que había allí. Cuando llegaron al área de juegos infantiles del parque donde habían muchas pelotas pequeñas para jugar y compartir entre los niños.

Y así fue cómo Sarah encontró nuevas amistades entre los niños del parque; juguetearon juntos durante horas mientras sus madres conversaban entre ellas despreocupadas. "Mira mamá, estoy jugando con los niños" - exclamó Sarah sonriente. "Sí cariño, y te ves muy feliz.

Me alegra que hayas encontrado amigos nuevos" -respondió su mamá orgullosa de su hija. Desde ese día, Sarah aprendió que no tenía que aferrarse a su mamá todo el tiempo para sentirse segura, sino que podía explorar y jugar con otros niños sin temor.

Además, descubrió lo divertido que es compartir y hacer amistades nuevas. Y así fue como la pequeña Sarah aprendió una valiosa lección sobre la importancia de ser independiente y aventurarse fuera de su zona de confort.

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