La Mariposa Enamorada



En un brillante jardín lleno de flores de todos los colores, vivía una mariposa traviesa llamada Lila. Ella adoraba volar entre las flores, pero también tenía una afición peculiar: le encantaba molestar a los humanos que jugaban en el jardín.

"¡Mirá, ahí viene la mariposa!" - decía una niña llamada Clara, mientras intentaba atrapar a Lila con sus manos.

"¡Ja! ¿Creen que podrán atraparme?" - reía Lila mientras se escapaba volando.

Pero un día, mientras Lila hacía de las suyas, notó a una mujer sentada en un banco del jardín. Era hermosa, con una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor.

"¿Quién es esa?" - se preguntó Lila, asombrada.

La mujer se llamaba Valentina y tenía una energía tan encantadora que Lila, por primera vez, se quedó quieta, en vez de intentar molestarla. Desde ese día, Lila empezó a observar a Valentina todos los días.

Sin embargo, Lila pronto se dio cuenta de que haberla conocido la había cambiado. Ya no quería ser la mariposa traviesa que molestaba a los humanos. Quería ser humana para poder hablarle, conocerla y compartir momentos juntas.

"¡Necesito un plan!" - pensó Lila muy decidida. Así que se acercó a sus amigas las flores.

"Chicas, ¡tengo un gran sueño! Quiero convertirme en humana para poder estar con Valentina".

"Pero, Lila, convertirse en humana no es tan fácil" - respondió una margarita con dulzura.

"Hay que encontrar a la anciana del bosque. Ella sabe sobre los deseos de los seres mágicos" - dijo una rosa con determinación.

Así que Lila se aventuró fuera del jardín y atravesó el bosque hasta encontrar a la anciana. Era una criatura sabia con una larga barba de musgo y una mirada profunda.

"Bienvenida, pequeña mariposa. He oído tu deseo. ¿Estás dispuesta a renunciar a tu libertad por amor?" - preguntó la anciana.

Lila sintió un nudo en la panza, pero con firmeza respondió:

"Sí, quiero ser humana".

"Entonces tendrás que realizar tres tareas. Si las completas, el hechizo se romperá y podrás ser humana por un día" - dijo la anciana.

Lila aceptó el desafío y comenzó su aventura. En la primera tarea, debía ayudar a un grupo de pájaros que habían perdido su hogar. Lila, con su delicado vuelo, les mostró cuál era la mejor manera de construir su nido.

"¡Gracias, Lila! Eres un verdadero ángel" - le cantaron los pájaros, emocionados por su ayuda.

La segunda tarea consistía en ayudar a un niño que estaba triste porque no tenía con quién jugar. Lila lo animó a construir un castillo de arena y pronto, el niño sonreía mientras hacía amigos.

"¡Sos la mejor compañera! Nunca me había divertido tanto" - dijo el niño alegremente.

Por último, la última tarea era la más difícil. Lila debía encontrar una flor mágica que solo florecía una vez al año en la cima de la montaña más alta del bosque. Después de un largo viaje, luchando contra el viento y las rocas, Lila finalmente encontró la flor. Con determinación, la llevó a la anciana.

"Has hecho un gran trabajo, Lila. Tu bondad ha sido recompensada" - dijo la anciana, mientras pronunciaba un hechizo.

En un instante, Lila se transformó en una hermosa mujer con alas de mariposa en su espalda. Con su corazón latiendo de emoción, voló de regreso al jardín donde Valentina la estaba esperando.

"¿Quién sos?" - preguntó Valentina, sorprendida pero intrigada.

"Soy Lila, la mariposa que alguna vez te molestaba. Gracias a las aventuras que viví, hoy puedo ser humana por un día".

Valentina, con una sonrisa cálida, le respondió:

"Me alegra conocerte, Lila. Viniste a buscarme, ¿cierto?"

Juntas pasaron el día riendo, caminando por el jardín y compartiendo historias. Lila sintió una felicidad que nunca había experimentado. Pero, al caer la noche, las alas de mariposa comenzaron a brillar y supo que era hora de regresar a su forma original.

"Lila, no te vayas" - dijo Valentina, con lágrimas en los ojos.

"Siempre estaré aquí, en el jardín y en tu corazón. Aprendí que el verdadero amor no tiene que ver con la forma, sino con el cariño que compartimos" - contestó Lila, mientras su figura se desvanecía en un destello de luz.

Valentina sonrió, sintiéndose agradecida por ese hermoso día. Desde entonces, Lila siguió siendo una mariposa traviesa que volaba alrededor de Valentina, llenando su vida de color y alegría, pero esta vez, también con amor.

FIN.

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