La mariposa que brilla



Paca era una niña muy especial. Desde pequeña, tenía un corazón enorme y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Vivía en un hermoso pueblo del caribe colombiano junto a sus padres, quienes la amaban incondicionalmente.

Sin embargo, Paca no se sentía del todo feliz con su apariencia física. A medida que crecía, también lo hacía de ancho y eso le causaba cierta tristeza.

Sus amigas la querían tal como era, pero había un niño en el barrio que se burlaba de ella y le decía "Paca la vaca". Esto hacía que Paca quisiera esconderse y sentirse avergonzada de sí misma.

Un día, mientras paseaba por el mercado local con su mamá, Paca vio algo que llamó poderosamente su atención: una tienda de disfraces. Habían tantos colores y personajes divertidos que no pudo resistirse a entrar.

La dueña de la tienda, Doña Carmela, notó el brillo en los ojos de Paca y se acercó para preguntarle si necesitaba ayuda. "-Hola pequeña ¿en qué puedo ayudarte?""-Hola Doña Carmela", respondió Paca tímidamente. "-Me gustaría encontrar un disfraz que me haga sentir especial". Doña Carmela sonrió cálidamente y comenzó a mostrarle diferentes opciones.

Había trajes de princesas, superhéroes e incluso animales exóticos. "-¿Qué te parece este disfraz de mariposa?", preguntó Doña Carmela mostrándole uno muy colorido. Paca lo miró con entusiasmo y dijo: "-Me encanta, pero...

¿crees que me veré bien con él?"Doña Carmela se acercó a Paca y le dijo con ternura: "-Mi querida niña, la belleza no está en las apariencias externas. Está en el amor y la aceptación de uno mismo.

Si tú te sientes especial, eso es lo más importante". Las palabras de Doña Carmela resonaron en el corazón de Paca. Decidió llevarse el disfraz de mariposa y usarlo al día siguiente en la escuela.

Cuando llegó al colegio con su nuevo atuendo, todos quedaron asombrados por su belleza. Las alas coloridas brillaban mientras Paca caminaba con confianza por los pasillos del colegio.

Sus amigas se acercaron corriendo y exclamaron: "-¡Paca, te ves hermosa!"El niño que solía burlarse de ella también se sorprendió al verla tan radiante. Se sintió avergonzado por su comportamiento y decidió disculparse. "-Paca, lamento mucho haberme burlado de ti", dijo el niño arrepentido. Paca sonrió amablemente y respondió: "-No te preocupes, todos cometemos errores.

Lo importante es aprender a respetar a los demás sin importar cómo sean físicamente". A partir de ese día, Paca dejó atrás sus inseguridades y aprendió a valorarse tal como era.

Comenzó a vivir una vida llena de alegría y autoaceptación. Y así fue como Paca descubrió que no importaba si era rellenita o delgada; lo verdaderamente valioso era su bondad y el amor que compartía con los demás.

Desde ese momento, Paca se convirtió en un ejemplo de fortaleza y confianza para todos los niños del pueblo. Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!