La Mariposa que se Hizo Hada
Era una tarde soleada en el pequeño barrio de Flores, donde un niño llamado Tomás estaba jugando en su jardín. Tomás tenía una imaginación desbordante, soñaba con aventuras mágicas y seres fantásticos. En medio de su juego, notó algo extraño: una mariposa de colores vibrantes revoloteaba cerca de él.
- ¡Mirala, mirala! -gritó Tomás emocionado, estirando la mano hacia la mariposa.
La mariposa, al posarse en la palma de su mano, empezó a brillar intensamente. Tomás, con los ojos como platos, vio cómo la mariposa se transformaba en un hada diminuta con alas brillantes y un vestido hecho de pétalos de flores.
- ¡Hola, Tomás! -dijo el hada sonriendo-, soy Lila, el hada de la naturaleza. Te he estado observando y me pareces un niño muy especial.
- ¡No puedo creerlo! -exclamó Tomás, emocionado-. ¿De verdad eres un hada?
- ¡Sí! Y tengo una misión. Pero necesito tu ayuda -dijo Lila, su sonrisa desvaneciéndose un poco-. El bosque mágico está en peligro. Los humanos están olvidando cuidar la naturaleza, y los árboles y animales están sufriendo.
Tomás se sintió un poco asustado pero también muy valiente. - ¿Qué tengo que hacer?
- Quiero que me acompañes al bosque y me ayudes a enviar un mensaje a los niños de tu barrio. Debemos recordarles lo importante que es cuidar el medio ambiente -explicó Lila entre sonrías y preocupaciones.
Tomás asentió con firmeza. - ¡Voy contigo! Quiero ayudar a la naturaleza.
Así, Lila dio un pequeño golpe con su varita mágica y, en un instante, Tomás se encontró rodeado de un paisaje lleno de flores, árboles gigantes y criaturas mágicas.
- Wow, esto es increíble -dijo Tomás asombrado.
Lila lo guió hacia un claro donde había varios niños. Convocó a las criaturas del bosque: los pájaros, los ciervos, y hasta a los traviesos conejitos. Juntos, empezaron a dramatizar una historia sobre cómo la naturaleza necesita ser cuidada, mientras Lila iluminaba el lugar con destellos de magia.
- ¡Miren, amigos! -gritó Tomás a sus compañeros, que miraban fascinados-. ¡Debemos cuidar nuestro planeta! Si todos lo hacemos, aún tendremos flores y mariposas a nuestro alrededor.
Los niños, encantados por la aparición de Lila y la actuación del bosque, comenzaron a unirse a la causa.
- ¡Hagamos un club de amigos de la naturaleza! -propuso uno de ellos.
- ¡Sí, lo haremos! -asintió otra niña, emocionada.
Lila sonrió, feliz de ver cómo la chispa de la empatía se encendía en los corazones de los niños. - ¡Recuerden, no se trata solo de jugar! También es nuestro trabajo cuidar y proteger nuestro hogar.
Sin embargo, de repente, el cielo se oscureció. Una tormenta se aproximaba rápidamente
- ¡Oh no! Necesitamos hacer algo para proteger a los animales del bosque -dijo Tomás preocupado.
Lila miró a todos. - ¡Ayudemos juntos! Cada uno puede hacer algo para asegurar un refugio para los que lo necesitan. -Y sin dudarlo, comenzó a dar instrucciones.
Cada niño se organizó, algunos recogieron hojas secas para hacer almohadas suaves, otros juntaron ramas para crear refugios, y Tomás y Lila buscaron lugares donde los pequeños animales podrían estar a salvo.
Cuando la tormenta llegó, los niños estaban listos. Miraron con satisfacción cómo sus refugios ofrecían protección a los animales y cómo todos trabajaron en equipo para cuidar del bosque.
Al terminar la tormenta, el sol salió de nuevo, el bosque brillaba con colores resplandecientes. Lila agradeció a los niños por su esfuerzo.
- Gracias, amigos. Con su ayuda, hemos salvado a muchos animales. Ustedes tienen un corazón lleno de amor por la naturaleza.
Tomás, sintiéndose orgulloso, dijo: - ¡Y lo seguiremos haciendo! Prometemos cuidar nuestro planeta.
El hada sonrió y, con un gesto de su varita, los niños sintieron una calidez envolvente, como si fueran parte de la esencia misma de la naturaleza.
- Recuerden, cada pequeña acción cuenta. Juntos podemos hacer un cambio. Y nunca olviden que la naturaleza siempre necesita de nosotros -dijo Lila, mientras se preparaba para volar de regreso a su hogar.
Tomás la miró con admiración, sabiendo que ese día no solo había encontrado un hada, sino que había descubierto el poder que tenía para hacer la diferencia en el mundo.
Y desde ese día, Tomás y sus amigos se convirtieron en guardianes de la naturaleza, siempre listos para cuidar de su hogar.
Y la mariposa Lila, aunque había regresado a su forma de hada, siempre estaría con ellos, guiándolos en su camino hacia un mundo más sano y hermoso.
FIN.