La mariposa sanadora
Había una vez un chico llamado Tomás que asistía a la escuela. Era un niño muy inteligente y amable, pero desafortunadamente, había algunos compañeros de clase que no lo trataban bien.
Le hacían bullying constantemente y esto hacía que Tomás se sintiera muy mal. A pesar de tener amigos como Nicolás, Tomás no sabía cómo contarles a sus seres queridos o autoridades de la escuela lo que estaba pasando.
A veces, no tenía ganas de ir a la escuela y solo quería quedarse en su cuarto sin hablar con nadie. Un día, mientras caminaba por el parque después de clases, Tomás encontró a una mariposa herida en el suelo.
Él decidió llevarla a casa para cuidarla hasta que estuviera mejor. Durante los siguientes días, Tomás se dedicó completamente al cuidado de la mariposa. La alimentaba con flores y agua fresca todos los días y le hablaba con ternura para animarla a sanar pronto.
Conforme pasaban los días, la mariposa comenzó a recuperarse poco a poco gracias al amor y dedicación de Tomás. Un día finalmente voló libre hacia el cielo azul.
Tomás se sintió feliz al ver cómo algo tan pequeño había podido superar tantos obstáculos gracias al amor y cuidado que él le brindó. Entonces pensó: "Si pude ayudar a esta mariposa herida yo solo, tal vez también pueda encontrar la fuerza para enfrentar mis problemas".
Tomás decidió hablar con sus padres sobre lo que estaba pasando en la escuela e incluso habló con las autoridades escolares. Con el tiempo, Tomás logró superar el bullying y recuperó su alegría y confianza en sí mismo.
A partir de ese momento, Tomás se convirtió en un defensor de la inclusión y el respeto hacia los demás. Y gracias a su valentía y determinación, se ganó el respeto y admiración de todos sus compañeros de clase.
Y así fue como Tomás aprendió que a veces las cosas más pequeñas pueden tener un gran impacto en nuestras vidas, pero siempre podemos encontrar la fuerza para superar cualquier obstáculo si tenemos amor, dedicación y valor.
FIN.