La Mariposa Valiente
Había una vez una mariposa llamada Lila, que vivía en un hermoso jardín lleno de flores de todos los colores. Lila era conocida entre las demás mariposas por sus bellas alas, que brillaban al sol como si estuvieran hechas de diamantes. Sin embargo, había algo que la inquietaba. A pesar de su belleza, Lila sentía que no podía volar tan alto como las demás mariposas.
Un día, mientras se posaba sobre una flor rosa, se acercó su amiga, la mariquita Rita.
"Lila, ¿por qué no vuelas más alto?" - preguntó Rita con curiosidad.
"Creo que mis alas no son lo suficientemente fuertes," - respondió Lila, bajando la mirada.
"Pero, ¡si tus alas son las más hermosas del jardín! Quizás solo necesites intentarlo más veces," - sugirió Rita, intentando animarla.
Lila decidió que quería superar sus miedos. Así que un día, subió a la rama más alta de un árbol gigante. Su corazón latía con fuerza.
"¿Podré hacerlo?" - pensó. De pronto, escuchó una voz que venía del suelo. Era Tito, un viejo sapo que habitaba el charco cercano.
"Soy testigo de tu valentía, pequeña mariposa. Pero recuerda, el vuelo empieza en tu mente. Si crees en ti misma, no hay nada que te detenga."
Lila miró a Tito, sintiendo que esas palabras la llenaban de ánimo. Tomó una profunda respiración y se lanzó al aire. "¡Voy a volar tan alto como pueda!" pensó.
Al principio, su vuelo fue tambaleante. De repente, comenzó a caer. Pero antes de tocar el suelo, recordó las palabras de Tito. Así que se concentró y movió sus alas con más fuerza.
"¡Puedo hacerlo!" - gritó Lila. Con un empuje, logró elevarse nuevamente, superando sus dudas. Esta vez, alcanzó una altura por encima de las flores.
Las otras mariposas la miraban, sorprendidas.
"¡Miren a Lila!" - exclamaron.
Lila se sintió libre y feliz. En ese momento, vio una nube oscura que se acercaba y sabía que era el momento de actuar.
"¡Debo ayudar a las flores!" - pensó.
Al darse cuenta de que la tormenta podía dañar a su hogar, se dirigió rápidamente hacia el jardín.
"¡Chicas, deben refugiarse!" - gritó. Las mariposas no entendían.
"¿Por qué debemos hacer caso a una mariposa que solía tener miedo de volar?" - dijo una mariposa presumida.
Pero Lila, confiando en su fuerza, las instó:
"¡Por favor! Si todas unimos fuerzas, podemos proteger nuestro jardín. ¡Volvemos a volar juntas!"
Convencidas por el valor de Lila, las mariposas la siguieron. Juntas, formaron un escudo de alas brillantes sobre las flores.
Cuando la tormenta pasó, el sol salió nuevamente y el jardín recuperó su belleza. Las flores estaban a salvo, y las mariposas celebraban el coraje de Lila.
"Nunca creí que pudiera hacer algo tan grande," - dijo Lila con una sonrisa.
"Tú eres la más valiente de todas, Lila!" - dijeron sus amigas. Desde ese día, Lila se convirtió en un símbolo de valentía y confianza.
A partir de aquel momento, ella voló más alto que nunca, no solo por su belleza, sino porque había aprendido que superar los miedos era el primer paso hacia la libertad.
Los días pasaron y Lila no solo era conocida por sus alas brillantes, sino también por su gran corazón. Y así, la mariposa que una vez temía volar se convirtió en una gran líder en el jardín, inspirando a todos con su historia.
"Recuerda siempre, si crees en ti misma, puedes hacer cosas maravillosas!" - decía Lila a las más jóvenes.
Y así, Lila y sus amigas volaron alto, disfrutando de la vida en su maravilloso jardín, llenando el aire de colores y risas.
FIN.