La mariposa vanidosa y la lección de humildad



Érase una vez en un jardín muy colorido, vivía una mariposa muy presumida. Esta mariposa era la más hermosa de todas y lo sabía muy bien.

Pasaba sus días revoloteando de flor en flor, mostrando sus llamativos colores y alardeando de su elegancia. "¡Miren qué hermosa soy!" -exclamaba la mariposa vanidosa mientras desplegaba sus alas con orgullo. Las demás criaturas del jardín, cansadas de su actitud altanera, comenzaron a alejarse de ella.

Un día, la mariposa se acercó a un calabacín reluciente y decidió posarse sobre él para presumir ante los demás insectos. Sin embargo, el calabacín estaba encantado por su belleza y la invitó a dar un paseo por el jardín. Emocionada por la atención, la mariposa aceptó.

Durante el paseo, el calabacín le mostró las maravillas del jardín, como las flores más hermosas, los árboles frondosos y los arroyos cristalinos. La mariposa, acostumbrada a centrarse en su propia belleza, nunca había apreciado la verdadera magnificencia del lugar.

Poco a poco, su arrogancia fue desapareciendo y el calabacín le enseñó a valorar la belleza a su alrededor. Al final del paseo, la mariposa agradeció al calabacín por la lección de humildad que le había enseñado.

Desde ese día, la mariposa presumida cambió su actitud y se convirtió en la más amable y comprensiva del jardín, ganándose el cariño de todas las criaturas que habitaban en él.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!