La Mariposa y el Jardín de los Sueños
En un pequeño pueblo lleno de flores de mil colores, vivía una mariposa llamada Lila. Lila tenía las alas más hermosas de todo el lugar; cada vez que volaba, brillaban como un arcoíris bajo el sol.
Sin embargo, pese a su belleza, Lila se sentía un poco triste. "¿Por qué no tengo un jardín propio?" - se preguntaba constantemente. "Me encantaría tener un hermoso lugar donde pueda descansar y jugar con mis amigos".
Un día, mientras volaba sobre el campo, Lila decidió que ya era hora de crear su propio jardín. "Voy a hacer el jardín más lindo del mundo," - se dijo a sí misma con determinación.
Lila comenzó a buscar semillas de flores. Conoció a un pequeño pajarito llamado Pipo, que se posaba en una rama cercana. "¡Hola, Pipo!" - saludó Lila. "¿Has visto algunas semillas por aquí?"
"¡Sí!" - chirrió Pipo emocionado. "En el bosque hay un lugar lleno de semillas. ¡Te puedo llevar!"
Lila y Pipo fueron juntos al bosque. Lila se maravilló al ver las diferentes semillas. "¡Mirá, Pipo! Hay semillas de girasoles, de claveles, y hasta de rosas!" - exclamó.
"Debés seleccionar las que más te gusten para tu jardín" - respondió Pipo.
Con una pequeña bolsa hecha de hojas, Lila recogió muchas semillas y se despidió del pajarito. "¡Gracias, Pipo!" - le dijo Lila. "¡No puedo esperar para plantar mi jardín!"
Al regresar a su hogar, Lila comenzó a plantar las semillas. Cada día regaba la tierra y les contaba cuentos a sus pequeñas plantas. Con el tiempo, brotaron tiernas hojas y luego hermosas flores de todos los colores.
Pasaron algunas semanas y Lila, emocionada, notó que su jardín estaba lleno de vida. Cada mañana, invitaba a sus amigos a jugar. "¡Vamos a jugar al escondite en mi jardín!" - les decía a los demás insectos.
Pero, un día, un fuerte viento sopló y arrasó con varias flores. Lila se sintió desanimada. "No sé si puedo volver a tener mi jardín como antes..." - le confesó a Pipo cuando vino a visitarla.
"Si quieres, podemos trabajar juntos para repararlo," - le sugirió el pajarito. "No todo está perdido, Lila. Las flores pueden volver a crecer si les das amor y cuidado."
Lila se sintió inspirada por las palabras de Pipo. "¡Tienes razón! ¡No me rendiré!" - exclamó con alegría. Juntos, comenzaron a limpiar el jardín y plantar nuevas semillas.
Con el gran esfuerzo de ambos, y la ayuda de otros insectos amigos, poco a poco, el jardín de Lila fue resurgiendo. Nuevas flores florecieron y entre ellas, Lila encontró un bello lugar para hacer picnics con sus amigos.
Un día, mientras estaba sentada con sus amigos rodeada por las flores, Lila dijo: "¡Este es el jardín más hermoso del mundo!" - y todos aplaudieron.
"Sí, y todo gracias a tu perseverancia y a no rendirte" - dijo Pipo.
Lila sonrió, sintiéndose orgullosa de lo que había logrado. En su corazón, comprendió que un buen jardín no solo florece por el clima, sino por el amor, el esfuerzo y la amistad. Y así, Lila, la mariposa, aprendió que los sueños se construyen, hoja por hoja, con paciencia y dedicación.
Desde entonces, su jardín se convirtió en un lugar de alegría y risas, donde todos los insectos del pueblo se reunían. Lila no solo había creado un hermoso jardín, sino también un mágico espacio donde la amistad florecía tanto como sus flores.
FIN.