La Mariposa y el Ogro Ramón



Había una vez, en un hermoso bosque lleno de flores de mil colores, una maravillosa mariposa llamada Lila. Sus alas eran tan brillantes que parecían estar pintadas por el arcoíris. Lila pasaba sus días revoloteando entre las flores, disfrutando del sol y contando historias a las abejas y a los gorriones. Pero Lila tenía un sueño: quería conocer a un ogro. La mayoría de los animales del bosque le decían que los ogros eran criaturas temibles, pero a Lila siempre le intrigó su fama.

Un día, mientras Lila volaba alto, se desvió un poco de su ruta habitual y se adentró en una parte del bosque que nunca había explorado. Allí, entre unos árboles enormes y enredados, encontró a Ramón, un ogro grande y animal con un corazón de oro.

"¡Hola! ¿Quién eres tú?" - preguntó Lila, acercándose con curiosidad.

"Soy Ramón, el ogro solitario. La mayoría de las criaturas me evitan porque creen que soy aterrador", respondió Ramón con un suspiro.

"No me das miedo. Eres solo un ogro, y yo soy una mariposa curiosa. Me gustaría conocerte más" - dijo Lila con una sonrisa.

Ramón se sorprendió, pero se sintió halagado por esa atención. Comenzaron a platicar y descubrieron que se gustaban mucho. Ramón le contó a Lila sobre su vida, sus hobbies y cómo le encantaba cuidar el bosque mientras Lila compartía sus aventuras volando entre flores.

Día a día, las visitas de Lila se hicieron más frecuentes. Se hicieron amigos inseparables, y rápidamente comenzaron a soñar en grande. Un día, Lila le propuso a Ramón:

"¡Podríamos organizar una fiesta en el bosque! Invitemos a todos los animales para que nos conozcan y vean que no eres un ogro malo."

"Pero... ¿crees que vendrán? Me han dicho tantas veces que asusto..." - cuestionó Ramón.

"¡Claro que sí! Si tú haces la invitación y muestras tu gran corazón, todos querrán venir" - respondió Lila con confianza.

Emocionado, Ramón aceptó la idea y comenzó a organizar la fiesta. Preparó deliciosos bocados de frutos y decoró todo el lugar con hojas y flores brillantes. Lila voló por el bosque, invitando a todos los animales.

El gran día llegó y, poco a poco, los animales comenzaron a llegar. Algunos se mostraban tímidos al ver a Ramón, pero Lila no dejó que eso lo desanimara. Volaba de aquí para allá, diciendo:

"¡Vengan, vengan! Este ogro tiene el mejor baile del bosque, y ha preparado las bocas más ricas para compartir!"

Al principio, eran pocos los que se atrevían a acercarse, pero al ver cómo Lila disfrutaba de la compañía de Ramón, los demás comenzaron a acercarse también.

"¡Hola, soy Ramón! Bienvenidos a mi fiesta" - dijo el ogro, moviendo su mano en un gesto amistoso.

A medida que pasaba la fiesta, todos empezaron a verse los unos a los otros y comenzaron a bailar, reír y compartir historias. Ramón había sorprendido a todos con su talento para contar cuentos y su divertida manera de moverse en la pista de baile.

Sin embargo, en medio de la diversión, un grupo de animales aún dudaba de la bondad de Ramón y decidió prepararle una trampa. Estaban seguros de que lo podían asustar o hacerlo sentir mal para que se fuera del bosque. Así que un zorro, tímidamente, se acercó a Ramón y dijo:

"Ramón, ¿te gustaría jugar a un juego?" - dijo el zorro con voz entrecortada.

"¡Claro! Me encantan los juegos" - respondió Ramón emocionado, sin sospechar lo que tramarían.

Entonces, los animales comenzaron a lanzar piedras al aire, pero Lila, que lo había visto, voló rápido hasta Ramón.

"¡No, no! ¡Eso no es un juego!" - gritó.

Los animales se detuvieron al escucharla y se dieron cuenta de que, al tratar de asustar a Ramón, solo estaban dañando su sentimiento. Lila hizo un gesto para que todos se tranquilizaran y dijo:

"Ramón es nuestro amigo; no hay razón para tener miedo de él. Solo quería tener una fiesta con nosotros. ¿Por qué no le preguntamos qué juegos le gustaría jugar?"

Poco a poco, los animales empezaron a acercarse nuevamente a Ramón, quien sonrió con complicidad.

"A mí me gusta jugar a escondidas. Yo puedo contar, y ustedes se esconden. ¡Pero prometan no olvidarse de que aunque soy grande, tengo un gran corazón!" - dijo Ramón.

Todos rieron y se acercaron al ogro, comenzando una nueva era de amistad en el bosque. Desde aquel día, todos los animales dejaron de temer a Ramón y se unieron a sus juegos, y Lila se convirtió en la heroína del lugar. Fue su amistad la que ayudó a cambiar la percepción que todos tenían del ogro solitario.

Así, Lila y Ramón demostraron que, a pesar de las apariencias, lo más importante es el corazón de cada uno y la bondad que podemos ofrecer a los demás. Que la amistad puede hacer florecer los lazos más inesperados y que nunca hay que juzgar a alguien por su apariencia.

Y así, la maravillosa mariposa y el gran ogro se convirtieron en los mejores amigos que el bosque haya conocido, haciendo del lugar un sitio lleno de amor y diversión. Y colorín colorado, esta historia se ha acabado.

FIN.

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