La Mariposa y el Viejo Roble



En un pequeño bosque lleno de colores y sonidos, vivía una mariposa llamada Lila. Lila era muy curiosa y disfrutaba volar alrededor del bosque, explorando cada rincón. Su mejor amigo era un viejo roble llamado Don Roque, que había estado en el mismo lugar durante muchos años.

Un día, mientras Lila revoloteaba sobre las flores, escuchó que algunos animales del bosque hablaban sobre una misteriosa cueva que, según decían, otorgaba deseos a quienes lograban encontrarla. Lila, emocionada por la posibilidad de tener un deseo, se acercó a Don Roque.

"Don Roque, ¿has escuchado sobre la cueva mágica?" - preguntó Lila con sus ojos brillantes.

"Sí, Lila, he escuchado historias sobre esa cueva, pero ten cuidado. A veces, lo que deseas no es lo que realmente necesitas" - respondió Don Roque, moviendo su larga y frondosa ramas.

Lila, intrigada y sin escuchar el consejo de su amigo, decidió partir en busca de la cueva. Voló durante días, preguntando a otros animales y siguiendo pistas, pero nada resultaba. Finalmente, encontró a un búho sabio que le dijo:

"La cueva está más cerca de lo que piensas. Solo debes volar hacia el acantilado más alto del bosque".

Con toda su energía, Lila se dirigió hacia el acantilado y, efectivamente, encontró la cueva. Había un brillo especial que iluminaba el lugar y en el centro una piedra radiante. Lila, llena de expectativas, se acercó y dijo en voz alta:

"Deseo ser la mariposa más hermosa del mundo!".

La piedra comenzó a brillar intensamente y, de repente, Lila se sintió diferente. Sus alas se iluminaban con colores deslumbrantes, pero al mirarse en el agua de un arroyo cercano, se dio cuenta de que no podía volar como antes. Su belleza era tan deslumbrante que la hacía más pesada y menos ágil.

"¡Oh, no! ¿Qué he hecho?" - exclamó Lila, angustiada. "No puedo disfrutar de estas hermosas alas si no puedo volar como solía hacerlo".

Desesperada, comenzó a recordar todos los momentos felices que pasó en el bosque, volando entre las flores y jugando con sus amigos. Decidió regresar a Don Roque.

Cuando llegó a su lado, Don Roque la miró con ternura.

"¿Qué pasa, Lila? Te veo triste".

"Desearía no haber pedido ser hermosa. Extraño volar libre y ligero como antes" - sollozó.

"La belleza está en el corazón y en lo que hacemos con lo que tenemos, querida amiga. Valora tu vida y las pequeñas cosas que la hacen especial" - le dijo Don Roque con calma.

Lila comprendió que al buscar la cueva había olvidado lo que realmente importaba: el amor por sus amigos, la libertad de volar y la alegría de ser ella misma. Tomó un profundo respiro y se sintió un poco mejor.

Con la ayuda de Don Roque, Lila decidió que podía aprender a volar de nuevo, incluso con sus nuevas alas. Pasó días practicando, perdiendo el miedo y redescubriendo la belleza en la amistad y la libertad. Poco a poco, volvió a sentirse ligera y feliz.

Finalmente, Lila aprendió que la vida es un regalo, y no se trata de ser el más hermoso, sino de vivir cada momento con alegría y amor.

Al pasar el tiempo, se convirtió en una mariposa sabia que enseñaba a otros sobre el valor de la vida y la belleza de ser uno mismo.

FIN.

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