La Mariposa y la Flor del Bosque Encantado



Había una vez, en un bosque encantado lleno de árboles altos y brillantes, una mariposa llamada Lila. Lila tenía alas de un azul profundo y destellos plateados que reflejaban la luz del sol de una manera mágica. Le encantaba volar de flor en flor, disfrutando del néctar dulce que brindaban.

Un día, mientras exploraba un rincón del bosque que nunca había visitado, Lila notó una flor diferente. Era la Flor del Amanecer, que sólo florecía al surgir de los primeros rayos del sol. "¡Hola!" -dijo Lila emocionada "¿Quién eres tú?".

"Soy la Flor del Amanecer, un poco solitaria, pero llena de esperanza. Me gusta florecer cuando todos aún duermen" -respondió la flor con una voz suave.

Lila se sintió atraída por la belleza y la dulzura de la Flor del Amanecer. "¿Por qué estás sola?" -preguntó.

"No tengo muchas amigas. Las mariposas suelen tener miedo de lo desconocido, y a veces no intentan acercarse a mí" -suspiró la flor.

Lila pensó por un momento y dijo, "Yo no tengo miedo. Quiero ser tu amiga". La flor sonrió, pero de repente, un viento fuerte sopló entre los árboles, y las hojas comenzaron a danzar.

"¡Cuidado!" -gritó Lila, "¡No te vayas!".

Pero el viento era demasiado fuerte y la Flor del Amanecer comenzó a marchitarse. "¡Tengo que hacer algo!" -pensó Lila. Entonces, decidió volar alto y reunir todas las mariposas del bosque. "¡Chicas, chicas! Necesitamos ayudar a la Flor del Amanecer!" -llamó con entusiasmo.

Las mariposas, intrigadas por la historia de Lila, la siguieron volando con rápidez. Cuando llegaron, todas se unieron en un hermoso danzón entre las ramas. Sus coloridas alas parecían un arcoíris que atrajo al viento, haciéndolo más suave y cálido.

"¡Eso es!" -gritó Lila mientras volaba en círculos sobre la flor. "Dejen que el amor y la amistad nos ayuden a proteger a nuestra amiga".

Con cada giro del vuelo, la Flor del Amanecer cobraba más fuerza. Pronto, el viento se calmó y la flor comenzó a abrirse, liberando su dulce aroma al aire. "¡Lo logramos!" -exclamó Lila. "¡Ahora la flor tiene amigos!".

La Flor del Amanecer sonrió más brillante que nunca. "No sólo me ayudaron a resguardarme, sino que me han llenado de alegría" -dijo emocionada.

Desde aquel día, la Flor del Amanecer dejó de sentirse sola. Lila y las demás mariposas la visitaban a diario, compartiendo historias y vuelos. Juntas hicieron del bosque un lugar más colorido y armonioso.

Y así, en el mágico bosque encantado, Lila la mariposa y la Flor del Amanecer enseñaron que la amistad y la valentía pueden superar cualquier obstáculo, y que siempre hay que abrir el corazón a lo inesperado. Desde aquel día, el bosque nunca dejó de brillar, y los ecos de risas y alegría se escuchaban por doquier.

FIN.

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