La mariposita aventurera



Había una vez en un hermoso jardín, una mariposita llamada Maribel. Maribel era curiosa, valiente y siempre estaba lista para nuevas aventuras. Un día, Maribel decidió volar más allá de los límites del jardín para descubrir lo que había en el mundo exterior. "Me gustaría conocer lo que hay más allá de estas flores y plantas, quiero vivir nuevas experiencias y hacer nuevos amigos", dijo Maribel a sus amigas mariposas. Las otras mariposas la miraron con asombro y preocupación. "¿Estás segura de eso, Maribel? El exterior puede ser peligroso y desconocido", le advirtieron. Pero Maribel estaba decidida, así que con un aleteo decidido, emprendió su viaje.

Al principio, Maribel quedó maravillada con las nuevas flores y plantas que encontró, pero pronto se dio cuenta de que también había peligros. Un día, un fuerte viento la arrastró lejos de su camino y se encontró perdida en un bosque desconocido. Sin embargo, en lugar de asustarse, decidió buscar ayuda.

Durante su búsqueda, conoció a una luciérnaga llamada Lucas, quién le ofreció amablemente su ayuda. "¿Estás perdida, pequeña mariposita? No te preocupes, te ayudaré a encontrar el camino de regreso a casa", dijo Lucas con amabilidad. Juntos, emprendieron el regreso al jardín, enfrentando desafíos y peligros que fortalecieron su amistad.

Finalmente, Maribel y Lucas llegaron a salvo al jardín, donde las amigas de Maribel las recibieron con alegría. Maribel aprendió que la curiosidad y la valentía son cualidades importantes, pero también comprendió la importancia de la amistad y la ayuda mutua. A partir de ese día, Maribel siguió viviendo aventuras en el jardín, pero esta vez siempre con la compañía y el apoyo de sus amigos.

FIN.

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