La marmota desvalorizada
Había una vez en el bosque de La Araucaria una marmota llamada Matías. Matías siempre se sentía desvalorizado y poco apreciado por los otros animales del bosque.
Cada día veía cómo los pájaros recibían piropos por sus hermosos colores, los conejos eran elogiados por su velocidad y los osos eran admirados por su fuerza. Matías ansiaba que alguien reconociera su valor, pero nadie parecía notarlo.
Un día, mientras deambulaba por el bosque, Matías vio a una familia de castores construyendo una represa. Se acercó a ellos y les preguntó si lo dejaban ayudar. -¿Y tú quién sos? -le preguntó uno de los castores con desdén. -Soy Matías, la marmota -respondió tímidamente.
Los castores se rieron y le dijeron que ellos podían arreglárselas solos. Decepcionado, Matías se alejó. Pero en su camino se encontró con un zorro que tenía problemas para encontrar su madriguera. -¿Puedes ayudarme a encontrar mi madriguera? -le pidió el zorro, con un tono de desesperación.
Matías asintió y rápidamente encontró la madriguera del zorro. El zorro, agradecido, le dijo a Matías que era un gran buscador y que su habilidad para encontrar cosas sería muy valiosa en el bosque.
A partir de ese momento, los animales del bosque empezaron a recurrir a Matías cada vez que necesitaban encontrar algo. Matías se dio cuenta de que su habilidad para encontrar cosas tenía un valor único y especial.
Los otros animales del bosque comenzaron a apreciarlo y valorarlo por lo que era. Matías se sintió finalmente valorado y feliz, y entendió que todos tienen algo especial que los hace únicos y valiosos.
FIN.