La Mazmorra del Reloj de Arena



En un reino lejano, bajo las raíces de un antiguo roble, se ocultaba una mazmorra. Esta no era una mazmorra cualquiera, pues en su corazón latía un reloj de arena mágico, capaz de controlar el flujo del tiempo en todo el reino.

Un día, cinco amigos decidieron aventurarse en busca de este misterio. Ellos eran: Sofía, la más curiosa; Tomás, el más valiente; Lucas, el más inteligente; Valentina, la más creativa; y Ravi, el más amable. Juntos formaban un gran equipo.

"¿Están listos para la aventura?", preguntó Sofía mientras miraba el enorme roble.

"Listos como nunca!", exclamó Tomás con su espada de juguete en mano.

"Recuerden que tenemos que trabajar en equipo", dijo Lucas, sacando un mapa que había encontrado en la biblioteca.

Bajaron a la mazmorra, donde todo estaba cubierto de polvo y telarañas. Pronto se encontraron frente a una gran puerta. En el centro, había un reloj de arena gigante, con cristales brillantes que parecían brillar con luz propia.

"¡Wow! Miren eso!", gritó Valentina, emocionada.

"Es increíble, pero ¿cómo abrimos la puerta?", se preguntó Ravi.

De repente, escucharon una voz que parecía salir del propio reloj de arena.

"Para abrir la puerta, deben responder un acertijo:

'En un instante puedes tener, mil cosas en tu poder, si aprendes a apreciar, cada momento al respirar.' ¿Qué soy?"

"Hmm...", pensó Lucas.

"Puede ser el tiempo!", sugirió Sofía.

"¡Sí! ¡Es el tiempo!", gritó Tomás alzando su espada. La puerta se abrió de par en par, dejando entrar una luz dorada.

Adentrándose, encontraron un cuarto lleno de relojes, cada uno marcando un momento diferente. Al tocar uno de ellos, fueron transportados a un pasado. Vieron a un joven rey trabajando arduamente, olvidando disfrutar de su reino.

"Este rey no ve lo que realmente importa", miró Valentina, reflexionando.

"Sí, está tan ocupado que no observa a su gente feliz", respondió Ravi.

Los amigos decidieron regresar. Tuvieron que resolver otro acertijo para regresar.

"Si deben viajar al futuro, piensen en lo que quieren ser.

'Niños brillantes con amor y verdad, ¿qué les hace avanzar?'"

"¡Nuestra amistad!", gritaron todos juntos.

De repente, se vieron rodeados de un brillo luminoso y un nuevo cuarto se formó. Allí, el reloj marcaba un futuro lleno de risas y magia, donde la amistad era el tesoro más valioso.

"Vieron? Lo que aprendimos hoy es que el tiempo es precioso, pero la amistad lo hace aún más valioso. ", expresó Tomás.

"Por eso debemos vivir cada momento", añadió Sofía.

Con esa lección, decidieron que sería mejor dejar el reloj de arena tal cual estaba, y no usar su magia.

"Eso es un poder que no debe ser mal utilizado", concluyó Lucas.

"Así es. Vamos! Hay un mundo afuera por disfrutar!", exclamó Valentina.

Y así, salieron de la mazmorra, llevando en su corazón la enseñanza de que, aunque el tiempo es precioso, lo más importante de todo es disfrutar cada momento juntos.

Desde entonces, cada año, el día en que visitaron la mazmorra, celebraban una fiesta en su honor, recordando siempre que la verdadera magia era su amistad.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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