La Melodía de Gato Luna



Había una vez un pequeño gato que vivía en un tranquilo vecindario llamado Gato Luna. Era un gato curioso y soñador, con un pelaje suave como las nubes y ojos que brillaban como estrellas en la noche. Su mayor deseo era convertirse en un gran músico y tocar la guitarra, pero había un problema: nunca había tenido una guitarra.

Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con un grupo de animales que se reunían para hacer música. Era una tortuga llamada Tula, un pájaro llamado Pío y un conejo llamado Rabo. Todos estaban tocando instrumentos y cantando juntos.

"-¡Hola! ¿Puedo unirme a ustedes? Soy Gato Luna y amo la música!" - Les dijo, emocionado.

"-Claro, Gato Luna! Pero no tienes un instrumento..." - contestó Pío, con una sonrisa triste.

Gato Luna miró al suelo, sintiéndose un poco desanimado, pero entonces tuvo una idea. "-Tal vez, si me ayudan, podamos crear una guitarra con cosas que encontramos por aquí. ¡Podríamos hacer música juntos!"

Los amigos aceptaron la propuesta y comenzaron a buscar cosas del parque: ramas, hojas grandes y unas cuerdas que encontraron en un arbusto. Después de un rato, lograron armar una hermosa guitarra improvisada.

"-¡Mirá lo que hicimos!" - dijo Rabo, saltando de alegría.

Gato Luna tomó la guitarra en sus patas y trató de tocar. Pero no salió nada. Frustrado, dejó caer la guitarra. "-No sé cómo tocar, no sirve..." - suspiró.

"-No te rindas, Gato Luna. Todos aprendemos en el camino. Practiquemos juntos" - Tula le dio ánimo.

Así, cada tarde, se reunían para practicar. Gato Luna aprendió a tocar distintos acordes y a cantar canciones de la naturaleza. Sus amigos lo apoyaban y juntos compartían risas y grandes momentos. Cuando Gato Luna tocaba la guitarra, todos los animales del parque se reunían a escuchar.

Un día, mientras ensayaban, un viejo león llamado Don León escuchó la música. Intrigado, se acercó y dijo: "-He oído que tienes un talento especial, joven Gato. Deberías presentarte en el festival de la música del bosque."

"-¿Yo? Pero no estoy seguro de que pueda hacerlo..." - dijo Gato Luna, nervioso.

"-No es solo un concurso, es una oportunidad para mostrar tu trabajo duro y tu pasión" - le animó Don León.

Gato Luna decidió que quería intentarlo. Con el apoyo de sus amigos, comenzaron a ensayar más duro que nunca. Sin embargo, a medida que se acercaba el festival, Gato Luna empezaba a dudar. "-Y si no le gusta a nadie, o si me equivoqué..." - compartió con sus amigos.

"-Escuchá, Gato Luna. La música es para compartir y disfrutar. No importa el resultado, lo importante es que te diviertas y muestres a todos cuánto has aprendido" - le dijo Pío.

Finalmente, llegó el gran día. Todos los animales del bosque estaban reunidos esperando a los artistas. Gato Luna se sintió abrumado por los nervios, pero miró a sus amigos y se recordó a sí mismo cuánto había trabajado y disfrutado en el camino.

Cuando llegó su turno, Gato Luna respiró hondo y subió al escenario. "-Hola, soy Gato Luna y hoy voy a tocarles una canción sobre la amistad y la naturaleza". En ese momento, tocó acordes en la guitarra improvisada, su corazón estaba lleno de emoción.

La música llenó el aire, mientras todos los animales aplaudían y cantaban junto a él. Gato Luna sonreía de oreja a oreja, disfrutando de la canción y de cada momento. Al terminar, la multitud estalló en aplausos.

"-¡Eres increíble!" - le gritó Rabo desde la primera fila.

Aunque no ganó el concurso, Gato Luna se sintió como el ganador más grande del mundo. Había superado sus miedos y había compartido su amor por la música con todos.

De regreso a casa, Gato Luna les dijo a sus amigos: "-Gracias por estar siempre a mi lado. Me enseñaron que la verdadera victoria está en perseguir mis sueños y disfrutar del camino".

Y así, Gato Luna siguió tocando su guitarra en el parque, siempre rodeado de sus amigos y, sobre todo, de la música que construyó juntos.

Y colorín colorado, esta historia se ha terminado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!