La melodía de la amistad



En un hermoso día de primavera, el guara guazú decidió emprender un viaje muy especial a San Cristóbal, en la provincia de Santa Fe.

Este simpático y colorido ave era conocido por su valentía y espíritu aventurero, siempre dispuesto a descubrir nuevos lugares y hacer amigos por donde quiera que pasara. Al llegar a San Cristóbal, el guara guazú quedó maravillado con la belleza de sus paisajes y la calidez de su gente.

Decidió instalarse en un frondoso árbol en el parque central, desde donde podía observar a todos los habitantes del lugar. Pronto se hizo amigo de Mateo, un niño curioso y juguetón que pasaba las tardes correteando por el parque.

Mateo quedó fascinado al ver al guara guazú posado en las ramas del árbol y decidió acercarse para conocerlo mejor. "¡Hola, amigo Guara Guazú! ¡Qué lindo eres con tus plumas tan coloridas!" -exclamó Mateo emocionado.

El guara guazú respondió con un gracioso graznido y extendió sus alas para saludar a Mateo. Desde ese momento, se volvieron inseparables compañeros de aventuras. Juntos recorrían el parque, jugaban a las escondidas y compartían secretos bajo la sombra del árbol.

Un día, mientras paseaban por el mercado artesanal de San Cristóbal, escucharon una melodía triste proveniente de una tienda de música. Se acercaron curiosos y vieron a Lucas, un joven músico que tocaba su guitarra con melancolía.

"¿Qué te pasa, Lucas? ¿Por qué tocas tan triste?" -preguntó Mateo con preocupación. Lucas suspiró profundamente y explicó que estaba ensayando para un importante concurso musical pero se sentía inseguro y temeroso de no ser lo suficientemente bueno para ganar.

El guara guazú no pudo resistirse ante la tristeza de Lucas y decidió intervenir. Con un aleteo majestuoso se posó sobre la guitarra del joven músico e improvisó una hermosa melodía llena de alegría y esperanza.

Su canto resonaba en todo el mercado, atrayendo la atención de todos los presentes. La música del guara guazú inspiraba confianza en Lucas, quien poco a poco empezaba a sonreír y recuperar su entusiasmo por participar en el concurso.

Al finalizar su actuación improvisada, recibieron una ovación cerrada por parte del público sorprendido por aquel espectáculo único. Desde ese día, Lucas practicaba junto al guara guazú todas las tardes en el parque.

El ave colorida le enseñaba nuevos acordes musicales mientras Mateo bailaba al ritmo de la música entre risas contagiosas. Llegado el día del concurso musical más esperado en San Cristobal santa fe, Lucas subió al escenario acompañado por su fiel amigo Guara Guazu. Las notas salían limpias, perfectas como nunca antes había tocado.

La audiencia estaba cautivada, aplaudiendo cada acorde interpretado. Al finalizar su presentación, hubo silencio expectante antes que estallaran los aplausos atronadores. El jurado anunciando entonces : " Y el ganador es... Lucas !".

Lucas abrazando fuertemente al Guará Guazu saltaban felices, celebrando juntos esta victoria.

A partir de ese momento, decidieron formar juntos un grupo musical llamados "Los Amigos Alados" llevando alegría, esperanza e inspiración a todos los rincones no solo De San Cristobal sino también mas allá. Y así fue como gracias a la valentía, amistad e inspiración del Guará Guazu ; Lucas descubrió que solo necesitamos creer en nosotros mismos para alcanzar nuestros sueños más anhelados.

Y juntos demostraron que cuando nos apoyamos mutuamente podemos lograr grandes cosas.

Desde entonces, cada vez que alguien escucha una melodiosa canción o ve volar alto algún colorido pájaro recordará aquella historia mágica vivida entre amigos inseparables : Un chico llamado Lucas, un ave llamada Guaraguazu quienes demostraron que nada es imposible si creemos firmemente en nosotros mismos.

FIN.

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