La melodía de la solidaridad



Había una vez en la Escuela Primaria "Rayito de Sol", un niño llamado Jeremías. Jeremías era un niño inteligente, pero tenía problemas para organizarse y se distraía con facilidad en clase.

Además, algunos de sus compañeros de grado se burlaban de él y lo hacían sentir como si no perteneciera. Un día, la Orientadora Escolar del colegio, la señorita Laura, comenzó a notar que Jeremías faltaba a las clases de música.

Le pareció extraño, ya que sabía que a Jeremías le encantaba cantar y tocar instrumentos. Decidió investigar un poco más sobre la situación.

La señorita Laura se acercó a Jeremías durante el recreo y le preguntó amablemente: - ¿Jeremías, por qué has estado faltando a las clases de música? Sé que te gusta mucho esa materia. Jeremías bajó la mirada y murmuró: - Es que... no tengo el material necesario para participar en esas clases. La señorita Laura sintió mucha tristeza al escuchar eso.

Sabía que Jeremías no era rico y muchas veces no podía tener todo lo que los demás niños tenían. Decidió hablar con la directora para buscar una solución.

Al día siguiente, durante el horario de música, la directora anunció frente a todos los alumnos: - Hoy tenemos una sorpresa especial. Hemos decidido crear un fondo solidario para ayudar a nuestros compañeros que necesitan material escolar.

Y como primer beneficiado, queremos regalarle a Jeremías todo lo necesario para disfrutar al máximo de las clases de música. Jeremías no podía creerlo. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver cómo sus compañeros aplaudían y lo felicitaban por esta oportunidad tan especial.

Desde ese día, Jeremías empezó a asistir puntualmente a todas las clases de música. Descubrió su pasión por tocar la guitarra y su voz resonaba por todo el colegio cuando cantaba sus canciones favoritas.

Poco a poco, Jeremías comenzó a sentirse más seguro de sí mismo. Ya no era blanco de burlas ni se sentía fuera de lugar. Sus compañeros lo admiraban por su talento musical y él estaba feliz siendo quien realmente era.

La señorita Laura seguía acompañando a Jeremías en su proceso escolar, brindándole apoyo emocional y guiándolo en su camino hacia el éxito académico.

Y así, gracias al gesto solidario de toda la comunidad educativa, Jeremías aprendió una gran lección: nunca hay que rendirse ante las dificultades y siempre habrá alguien dispuesto a tender una mano amiga cuando más se necesita.

FIN.

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