La Melodía de Sofía



Era una vez una niña llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo, lleno de flores y cascadas. Desde que tenía memoria, a Sofía le encantaba tocar la guitarra y cantar. Siempre llevaba su guitarra a todos lados y, cada vez que tenía una oportunidad, se sentaba en un banquito del parque o bajo un árbol para tocar sus canciones.

Un día, mientras ensayaba una nueva melodía, su mejor amiga, Clara, se acercó a ella.

"¡Sofía! ¡Me encanta tu canción! ¿Qué tal si participamos en el concurso de talentos que se va a hacer en el pueblo?"

"¡Genial! Pero... tengo miedo. Nunca he cantado frente a tantas personas."

"No te preocupes, yo estaré contigo. Además, estoy segura de que a la gente le va a gustar tu música."

Sofía se sintió un poco más segura y aceptó la propuesta. Juntas comenzaron a ensayar todos los días. Sofía compuso una hermosa canción sobre la amistad, llena de acordes alegres y letras que hacían sonreír a todos. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha del concurso, Sofía comenzó a dudar cada vez más.

Una tarde, mientras practicaban, Sofía se detuvo.

"Clara, no sé si puedo hacerlo. ¿Y si me olvido de la letra o me mareo frente a todos?"

"Lo importante es que disfrutes de lo que haces, Sofía. La música viene del corazón y si cantás con amor, la gente lo va a sentir."

Unos días después, llegó el día del concurso. El auditorio estaba lleno de gente, y Sofía se sentía más nerviosa que nunca. Cuando llegó su turno, su estómago hacía un revuelo. Clara le dio un apretón de mano y le sonrió.

"Vamos, es nuestra oportunidad. Recuerda, tocá como lo hacés en el parque, con el corazón."

Sofía subió al escenario y miró al público. Su corazón latía con fuerza, pero al ver la cara amable de Clara entre la multitud, comenzó a tocar su guitarra. Al principio, su voz tembló, pero poco a poco se fue sintiendo más cómoda.

"Esta canción es para mi mejor amiga y todas las personas que han estado a mi lado. Se llama 'La Melodía de la Amistad'."

Mientras tocaba, el nerviosismo se convirtió en alegría. Cada acorde resonaba con su amor por la música y, al terminar, recibió un fuerte aplauso. El público estaba encantado y a Sofía le brotaron lágrimas de felicidad.

"¡Lo hiciste increíble, Sofía!"

Exclamó Clara al bajarse del escenario.

"¡No podría haberlo hecho sin vos!"

Al final de la noche, el jurado entregó los premios. Aunque no ganaron el primer lugar, Sofía se sintió como la verdadera ganadora.

"No importa si ganamos o no. Lo importante es que logré cantar y disfrutar de la música con vos."

"Exacto, Sofía. La música es nuestra!"

Esa experiencia no solo acercó más a Sofía y Clara, sino que también les enseñó que lo más importante no es el resultado, sino el viaje y la pasión con la que hacen lo que aman.

Desde ese día, Sofía nunca dejó de tocar la guitarra y cantar, se unió a otros niños del pueblo y juntos formaron un grupo musical. Nunca se olvidó de lo que aprendió con Clara: el poder de la amistad y el amor por la música.

Así, con cada acorde y cada melodía, Sofía se convirtió en una inspiración para todos los niños del pueblo, demostrando que, cuando haces lo que amas junto a quienes amas, no hay límites para lo que puedes lograr.

FIN.

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