La Melodía del Bosque Encantado
En un bosque encantado, donde los árboles susurraban y las flores bailaban al ritmo del viento, vivía una hada llamada Lira. Lira tenía una hermosa varita mágica que podía transformar cualquier cosa en melodía. Un día, mientras exploraba su hogar, vio una nube oscura de humo que se acercaba rápidamente.
- ¿Qué será eso? - se preguntó Lira, agudizando sus brillantes orejas. - Es como si el bosque estuviese en peligro.
Con su varita en mano, decidió volar hacia la fuente de aquel oscuro humo. Al llegar, descubrió a un grupo de criaturas del bosque que estaban discutiendo enérgicamente. Había duendes, conejos, y hasta un viejo búho, todos tratando de decidir qué hacer.
- ¡No podemos dejar que destruyan nuestro hogar! - gritó un duende de ojos grandes.
- Pero, ¿cómo lucharemos contra ellos? - respondió el conejo, temblando de miedo.
Lira se posó suavemente sobre una rama y les dijo:
- ¡Esperen! No hay necesidad de pelear. ¿Y si en lugar de luchar, tratamos de comunicarles lo que significa este bosque para nosotros?
Los animales se miraron entre sí, sorprendidos por la idea de Lira.
- ¿Comunicar? - replicó el búho. - Pero ellos vienen con intenciones malignas, ¿cómo vamos a lograr eso?
- Con música - respondió Lira, sonriendo. - Mi varita puede crear melodías que toquen el corazón. Tal vez si les mostramos la belleza del bosque, se irán sin causar daño.
El grupo se entusiasmó con la propuesta y, con la varita de Lira, comenzaron a practicar una hermosa canción que describía la alegría y la paz del bosque. Cuando se sintieron listos, volaron juntos hacia la frontera de su hogar, donde las criaturas que causaban el caos estaban reunidas.
Frente a ellos, Lira alzó su varita y dio una señal. La música comenzó a fluir en el aire como un río de colores. Las notas danzaban y giraban, describiendo la belleza del bosque, el canto de los pájaros y el murmullo del agua. Las criaturas, sorprendidas, dejaron de discutir.
- ¿Qué es esto? - preguntó el líder de los intrusos, un ogro gigante con cara de enfado, ahora curioso.
- Es la melodía de nuestro hogar - contestó Lira dulcemente. - Aquí hay amor, amistad y alegría. ¿Por qué querrías destruirlo?
Los ojos del ogro comenzaron a brillar mientras escuchaba. Con cada nota, se sentía más ligero, como si una carga se estuviese levantando de sus hombros.
- Nunca pensé en la belleza de este lugar - murmuró, casi en un susurro. - Solo venía buscando algo de lo que me habían hablado. Pero no sabía que había un mundo tan hermoso aquí.
Lira sintió que había tocado su corazón. - ¿Por qué no te unes a nosotros y cuidamos juntos este bosque? - propuso.
El ogro miró a su alrededor, viendo a su grupo de criaturas sorprendidas. - Me gustaría, nunca quise ser un guerrero. Solo quería un lugar donde encajar.
Aquel momento marcó un antes y un después. Las criaturas que antes estaban listas para pelear decidieron unirse al canto. Las melodías que crearon comenzaron a atraer a otros habitantes del bosque, que se sumaron a la celebración en un ambiente de paz y reconciliación.
Viendo la armonía que se había creado, Lira comprendió que la música no solo tenía el poder de cambiar corazones, sino también de unir a aquellos que parecían estar en lados opuestos. Así, el bosque encantado se llenó de nuevas amistades y juntos aprendieron a proteger y cuidar su hogar.
Desde aquel día, los ruidos de guerra fueron reemplazados por risas y canciones. Lira, feliz de haber utilizado su magia para el bien, continuó creando melodías que recordaban a todos lo valioso que era vivir en armonía.
Y así, el bosque encantado floreció aún más, siempre agradecido por la valentía y sabiduría de una pequeña hada con una varita mágica.
FIN.