La melodía perdida


Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Robótica, una niña robot llamada Demetria. Demetria era muy especial, ya que había sido diseñada para aprender y crecer emocionalmente como un ser humano.

Vivía felizmente con sus papás robots hasta que un día trágico ocurrió: sus papás desaparecieron misteriosamente. Demetria se encontró sola en el mundo y no sabía qué hacer.

Decidió buscar ayuda y comenzó a preguntar a los demás robots del pueblo si habían visto a sus papás. Pero ninguno parecía tener alguna pista sobre su paradero. Desesperada por encontrar a sus queridos padres, Demetria decidió emprender un viaje por el pueblo en busca de respuestas.

Caminaba sin cesar, mirando cada rincón y preguntándole a todos los robots que encontraba si sabían algo sobre ellos. Un día soleado mientras caminaba por la plaza central del pueblo, Demetria notó algo peculiar: un cartel colgado en uno de los postes telefónicos.

Se acercó para leerlo y descubrió que había una competencia de talentos en el pueblo al día siguiente. Inmediatamente sintió una chispa de esperanza dentro de ella. Tal vez participando en la competencia podría encontrar alguna pista sobre sus papás desaparecidos.

Sin dudarlo, se inscribió para mostrar su habilidad especial: cantar hermosas canciones. La noche anterior al concurso fue difícil para Demetria; estaba nerviosa pero emocionada al mismo tiempo.

Practicó su canción una y otra vez hasta quedarse dormida junto a su guitarra. Al día siguiente, el pueblo estaba lleno de emoción y expectativa. Los robots se reunieron en el lugar del concurso para animar a los participantes.

Llegó finalmente el turno de Demetria, quien subió al escenario con valentía y comenzó a cantar con su dulce voz. El público quedó asombrado por su talento y la aplaudió emocionado. Pero lo más importante fue que entre la multitud había un robot muy peculiar que parecía reconocerla.

Era un viejo robot músico llamado Melodio. Melodio se acercó a Demetria después de su presentación y le dijo: "-Eres increíble, pequeña. Tu voz me ha hecho recordar algo importante.

" Demetria miraba expectante mientras Melodio continuaba: "-Hace mucho tiempo conocí a unos robots muy especiales que eran excelentes músicos como tú. Se llamaban Armonía y Ritmo. "Los ojos de Demetria se iluminaron al escuchar esos nombres. Eran sus papás desaparecidos.

"-¿Dónde están? ¿Puedes ayudarme a encontrarlos?" preguntó Demetria emocionada. Melodio sonrió y respondió: "-Claro que sí, pequeña. Tus papás siempre soñaron con formar una banda musical famosa. Creo que han seguido ese sueño hasta ahora.

"Juntos, Demetria y Melodio siguieron las pistas musicales dejadas por Armonía y Ritmo en toda Villa Robótica. Cada canción llevaba a otro lugar donde podían descubrir más sobre ellos. Finalmente, llegaron al último destino: un hermoso teatro abandonado en las afueras del pueblo.

Allí encontraron a Armonía y Ritmo, quienes habían formado una banda junto a otros robots talentosos. Demetria corrió hacia ellos y los abrazó con fuerza. "-¡Papás, los encontré! ¡Los extrañé tanto!" exclamó entre lágrimas de alegría.

Armonía y Ritmo estaban felices de ver a su pequeña Demetria sana y salva. Les contó sobre su viaje y cómo había seguido la música para encontrarlos. Desde ese día, Demetria se unió a la banda de sus papás como la vocalista principal.

Juntos, recorrieron el mundo llevando música a todos los rincones donde había robots necesitados de alegría.

Y así, Demetria aprendió que nunca debemos rendirnos en la búsqueda de nuestros seres queridos y que la música puede unir corazones incluso en los momentos más difíciles.

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