La meta de Pepepurito
Había una vez un pequeño niño llamado Pepepurito que amaba el fútbol más que cualquier otra cosa en el mundo. Desde que aprendió a caminar, siempre llevaba una pelota de fútbol a todas partes a donde iba.
Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, vio un anuncio en la televisión sobre una competencia de fútbol muy importante patrocinada por las marcas Adidas y Nike.
El ganador recibiría una beca para entrenar en la prestigiosa academia de fútbol Carrera Fútbol. Pepepurito se emocionó mucho al enterarse de esta oportunidad única. Sabía que debía participar y hacer todo lo posible por ganar esa beca.
Sin embargo, había un problema: no tenía los zapatos adecuados para jugar al fútbol porque su familia no tenía suficiente dinero para comprarlos. Decidido a no rendirse, Pepepurito decidió buscar trabajo en el vecindario para poder ahorrar dinero y comprarse los zapatos necesarios.
Limpió jardines, lavó autos y ayudó a los vecinos con tareas del hogar. Poco a poco fue acumulando monedas hasta que finalmente pudo comprar unos zapatos decentes. Con sus nuevos zapatos puestos, Pepepurito se presentó al torneo junto con otros niños talentosos de toda la ciudad.
A medida que avanzaban los partidos, Pepepurito demostraba su habilidad y pasión por el juego. En la final del torneo, Pepepurito se enfrentó al mejor jugador de todos: Juancho "El Tigre" González.
Todos sabían lo talentoso que era Juancho, pero Pepepurito no se dejó intimidar. Jugó con todo su corazón y demostró sus habilidades en el campo. El partido estaba muy reñido, ambos equipos luchaban por cada balón.
Faltando solo unos minutos para el final del encuentro, Pepepurito tuvo una oportunidad única de marcar un gol que podría cambiar su vida para siempre. Concentrado y decidido, Pepepurito pateó la pelota con todas sus fuerzas.
El balón voló por el aire y se dirigió directo al arco rival. El estadio entero contuvo la respiración mientras la pelota se acercaba cada vez más al objetivo. - ¡Gooooooooool! -gritó el árbitro.
Pepepurito había conseguido marcar el gol decisivo que les dio la victoria a su equipo y le aseguró la beca en Carrera Fútbol. Todos los presentes lo felicitaron efusivamente mientras él celebraba con lágrimas de alegría en los ojos. Desde ese día, Pepepurito trabajó duro en Carrera Fútbol para convertirse en un jugador profesional.
Nunca olvidaría las dificultades que tuvo que superar ni las enseñanzas que aprendió durante su camino hacia el éxito.
La historia de Pepepurito nos enseña que nunca debemos rendirnos ante nuestras metas y sueños, sin importar los obstáculos que tengamos enfrente. Con esfuerzo, determinación y pasión, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos.
FIN.