La Mirada Mágica de Lila



Había una vez en un bosque encantado, una pequeña tortuga llamada Lila. Lila era distinta a las demás tortugas porque tenía un hermoso caparazón de colores brillantes. Sin embargo, siempre se sentía un poco triste. "¡Me gustaría ser como las otras tortugas!"- suspiraba Lila.

Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un grupo de tortugas que estaban jugando y riendo. "¡Hola, tortuguitas!"- saludó Lila, pero las otras tortugas se miraron entre sí y dijeron: "¡No queremos jugar con vos! Tu caparazón es diferente y raro!"-

Lila se sintió herida. "Pero... yo creo que mi caparazón es bonito"- murmuró mientras se alejaba. Se sentó bajo un árbol y observó el sol que brillaba a través de las hojas. Mientras miraba hacia arriba, notó algo especial: el sol iluminaba su caparazón con reflejos mágicos.

"¡Mirá, Lila!"- dijo un pajarito que pasaba volando. "Tu caparazón brilla como el arcoíris. ¡Es único!"- Lila sonrió por primera vez. "¿De verdad?"-

El pajarito asintió. "Sí, todos somos diferentes y eso es lo que nos hace especiales. A veces, el poder de la mirada puede cambiar todo"-

Lila, confiando en las palabras del pajarito, decidió volver a unirse a las tortugas. Al acercarse, se dio cuenta de que la luz del sol iluminaba su caparazón con destellos de colores.

"¡Guau!"- exclamó una tortuguita al verla "Tu caparazón brilla como un tesoro"- Las otras tortugas comenzaron a acercarse, mirándola admiradas.

"Es cierto, se ve hermoso bajo el sol"- comentó otra tortuga "Me encanta cómo brillas, Lila"-

Lila, llena de alegría, les dijo: "Gracias, pero no soy solo mi caparazón. ¡Soy Lila y me gusta ser quien soy!"-

Ese día, las tortugas se dieron cuenta de lo especial que era Lila y comenzaron a jugar juntas, disfrutando el brillo de su caparazón.

Desde ese día, Lila entendió que el amor propio es lo más importante y que a veces, una mirada diferente puede hacer que veamos lo hermoso que es ser nosotros mismos. La amistad y la aceptación fueron alimentos para el corazón de Lila y de sus amigas.

Y así, en el bosque encantado, Lila y sus amigas vivieron felices, conociéndose y aceptándose como eran, brillando juntas en cada partida de juegos.

FIN.

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