La Misión a los Planetas Perdidos



Había una vez, en un pequeño pueblo en la tierra, dos niños llamados Martín y Valentina, a quienes les encantaba mirar las estrellas en la noche. Un día, mientras observaban el cielo nocturno, vieron algo brillante y parpadeante descender del cielo y aterrizar en el bosque cercano. Emocionados, corrieron hacia el lugar y descubrieron a un astronauta con un traje espacial. El astronauta les contó que venía de una misión especial a los planetas perdidos, pero su nave se averió y se estrelló en la Tierra. Les pidió a Martín y Valentina que lo ayudaran a reparar la nave y que lo acompañaran en su misión. Los niños, emocionados y valientes, aceptaron el desafío y se prepararon para viajar al espacio con el astronauta.

Su primera parada fue en el planeta Mercurio, el más cercano al sol. Descubrieron que estaba cubierto de cráteres y que las temperaturas eran extremadamente altas. El astronauta les explicó que Mercurio era el planeta más rápido, ya que tardaba solo 88 días terrestres en dar la vuelta al sol. Después de recoger muestras y tomar fotografías, partieron hacia Venus, el planeta más caliente del sistema solar. Allí, se encontraron con una atmósfera densa y tóxica, que les recordó a un día muy nublado en la Tierra. A pesar de las dificultades, lograron recoger valiosa información y continuaron su viaje.

Su próxima parada fue Marte, el planeta rojo. Descubrieron que Marte tenía montañas, cañones y regiones heladas en sus polos. También encontraron evidencia de que alguna vez pudo haber agua en su superficie. Luego, viajaron a Júpiter, el planeta más grande, donde observaron gigantescas tormentas y una gran mancha roja. Saturno fue su siguiente destino, con sus hermosos anillos que lo hacían parecer un gigantesco joyero en el espacio. Urano y Neptuno los recibieron con sus atmósferas frías y misteriosas.

Finalmente, llegaron a Plutón, cuyo estatus como planeta ha sido un tema de debate. A pesar de su pequeño tamaño, quedaron asombrados por su superficie helada y su paisaje misterioso. Luego de completar su misión, regresaron a la Tierra como héroes, con valiosos conocimientos y recuerdos inolvidables de su viaje por el espacio.

Desde ese día, Martín y Valentina se convirtieron en los guardianes de la astronomía en su pueblo, inspirando a otros niños a explorar el universo y a soñar en grande.

FIN.

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