La misión de Abuela Ubenza
En las tierras altas de Salta, vivía Abuela Ubenza, una mujer de los pueblos originarios que trabajaba como hilandera en los salares.
Tenía una sonrisa tan brillante y cálida como los propios salares, y siempre cantaba coplas mientras caminaba por los cerros. Un día, mientras tejía su lana al sol del mediodía, Abuela Ubenza escuchó un llanto proveniente de un arbusto cercano. Se acercó con curiosidad y descubrió a un pequeño zorro atrapado entre las ramas.
Sin dudarlo, lo liberó con cuidado y lo acunó en sus brazos hasta que se calmara. El zorro, agradecido por la ayuda de Abuela Ubenza, decidió quedarse a su lado como compañero fiel.
Juntos exploraban los cerros y valles, compartiendo risas y aventuras. El zorro aprendió a ayudarla en sus labores diarias y ella le enseñaba antiguas historias de su pueblo.
Un día, durante una sequía implacable que azotaba la región, los salares empezaron a secarse y el agua escaseaba. Abuela Ubenza sabía que debían encontrar una solución para salvar su hogar. Fue entonces cuando recordó una antigua leyenda sobre un manantial sagrado escondido en lo más profundo de las montañas.
Decidida a encontrarlo, Abuela Ubenza emprendió un viaje épico junto a su fiel amigo zorro. Superaron obstáculos y desafíos, enfrentando peligros desconocidos con valentía y determinación. Finalmente llegaron al lugar donde el manantial sagrado brotaba cristalino y abundante.
Al beber del agua pura del manantial sagrado, los salares volvieron a florecer y la tierra reverdecía una vez más. La comunidad entera celebró la valentía y sabiduría de Abuela Ubenza, quien había salvado no solo a su pueblo sino también a la naturaleza misma.
Desde ese día en adelante, Abuela Ubenza fue conocida como la guardiana de los salares y el espíritu de la montaña guiaba sus pasos en cada nueva aventura que emprendiera junto a su fiel amigo zorro.
Y así, entre coplas cantadas al viento y sonrisas radiantes bajo el sol incandescente de Salta, Abuela Ubenza demostró que con coraje y amor por la tierra se pueden superar cualquier adversidad para proteger aquello que más amamos: nuestro hogar en armonía con la naturaleza.
FIN.