La misión de Curiosín y Aventurín
Había una vez en un lejano bosque encantado, donde vivían los duendecillos Curiosín y Aventurín. Estos dos amigos siempre estaban listos para vivir nuevas aventuras y descubrir secretos mágicos.
Un día, mientras exploraban el bosque, escucharon unos ruidos extraños provenientes de un árbol gigante. Se acercaron con cautela y vieron a la hada Saludina luchando contra un grupo de malvados bichitos que intentaban hacerla sentir enferma.
"¡Oh no! ¡Necesito ayuda para protegerme de estos bichitos!" -exclamó Saludina con preocupación. Curiosín y Aventurín no dudaron ni un segundo y decidieron ayudar a la hada. Fue entonces cuando recordaron que la vitamina E era como un ejército de soldados que protegía el cuerpo de los gérmenes.
"¡Saludina, tenemos una idea! La vitamina E es nuestra mejor aliada para combatir a estos bichitos malvados", dijo Curiosín emocionado.
Con la determinación en sus corazones, los tres amigos buscaron juntos por el bosque hasta encontrar el Árbol del Bienestar, donde crecían las poderosas frutas llenas de vitamina E. Rápidamente recolectaron las frutas y prepararon una poción mágica para Saludina. Al beber la poción, Saludina sintió cómo su cuerpo se llenaba de energía y fuerza.
Los soldados de vitamina E comenzaron a trabajar dentro de ella, protegiéndola de los bichitos invasores y fortaleciendo su sistema inmunológico. Los malvados bichitos pronto se vieron rodeados por esta barrera protectora y tuvieron que huir asustados.
Saludina estaba a salvo gracias al poder curativo de la vitamina E. "¡Gracias, queridos amigos! Gracias a ustedes he recuperado mi salud", dijo Saludina con gratitud en sus ojos brillantes. Curiosín y Aventurín sonrieron satisfechos por haber ayudado a su amiga hada.
Desde ese día, cada vez que alguien necesitaba protección contra los bichitos o una curación rápida, recordaban el increíble poder de la vitamina E y cómo juntos podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara en sus futuras aventuras en el bosque encantado.
FIN.