La misión de Evi y las vitaminas
Había una vez en el hermoso jardín de la abuela Margarita, una vitamina muy especial llamada Evi. Evi era una vitamina E muy alegre y juguetona que vivía en una frondosa planta de espinacas.
Todos los días, Evi se encargaba de cuidar a las demás vitaminas del jardín, asegurándose de que estuvieran sanas y fuertes. Un día, mientras paseaba por el jardín, Evi notó que sus amigas vitaminas A y C estaban un poco tristes.
Se acercó a ellas y les preguntó qué les pasaba. "Estamos preocupadas porque no sabemos cómo mantenernos sanas y llenas de energía", respondió la vitamina A con voz temblorosa. Evi sonrió con ternura y les dijo: "No se preocupen, queridas amigas.
Yo sé exactamente qué necesitan para estar saludables". Sin perder un segundo más, Evi corrió hacia su planta de espinacas y regresó con un puñado de hojas verdes relucientes.
"Aquí tienen estas deliciosas espinacas cargadas de vitamina E, ¡les harán sentir súper bien!", exclamó Evi emocionada. La vitamina A y C probaron las espinacas con entusiasmo y al instante sintieron cómo su energía volvía a fluir por todo su cuerpo.
Desde ese día, Evi enseñó a todas las vitaminas del jardín la importancia de tener una alimentación balanceada y variada para mantenerse fuertes y saludables. Juntas cultivaron diferentes frutas y verduras ricas en nutrientes para disfrutar todos los días.
Pero un día llegó un desafío inesperado al jardín: la malvada bruja Caries apareció con sus dulces encantados para tentar a las inocentes vitaminas. Intentando engañarlas con promesas vacías de felicidad instantánea.
Evi comprendió que debían actuar rápido antes de caer en la trampa de la bruja Caries.
Con valentía, reunió a todas las vitaminas del jardín e idearon un plan ingenioso para resistir las tentaciones dulces: prepararon divertidos juegos al aire libre, bailes animados con música pegajosa (pero sin azúcar) y elaboraron postres saludables hechos con frutas frescas.
La bruja Caries intentó persuadir a las vitaminas una vez más ofreciéndoles golosinas brillantes llenas de azúcar, pero esta vez fueron rechazadas con firmeza pues habían aprendido lo importante que era cuidar su salud gracias a la valiosa lección compartida por su amiga Evi. Al final, la bruja Caries tuvo que retirarse derrotada mientras las vitaminas celebraban su victoria bailando bajo el sol radiante del jardín.
Desde entonces, siguieron disfrutando cada día junto a su fiel amiga Evi aprendiendo sobre la importancia de llevar hábitos saludables para ser felices y fuertes como nunca antes lo habían sido.
FIN.