La misión de Juan y la cabra valiente



Había una vez un soldado argentino llamado Juan que fue enviado a una misión en la montaña. Era su primera vez en un terreno tan difícil y peligroso, pero estaba decidido a hacerlo bien.

Al llegar a la base de la montaña, Juan se encontró con un grupo de soldados más experimentados que él. Ellos le dieron algunos consejos y herramientas para ayudarlo en su ascenso.

Juan comenzó su subida temprano por la mañana, sintiéndose emocionado y nervioso al mismo tiempo. Mientras avanzaba lentamente por el camino empinado, comenzó a sentirse cansado y desanimado. "¿Cómo voy a lograr esto?"- pensó Juan para sí mismo. De repente, escuchó un ruido detrás de él.

Se dio vuelta rápidamente y vio una cabra solitaria caminando hacia él. "¡Hola pequeña amiga! ¿Qué haces aquí?", preguntó Juan mientras acariciaba su cabeza.

La cabra parecía estar feliz de verlo allí y continuó caminando junto a él durante todo el camino hasta la cima de la montaña. La presencia amistosa de esta criatura hizo que Juan se sintiera menos solo y más motivado para seguir adelante.

Finalmente llegaron al pico más alto de la montaña donde había una vista impresionante del valle debajo de ellos. Pero cuando intentaron bajar por el otro lado, descubrieron que había un gran acantilado bloqueando el camino hacia abajo. "No podemos pasar por aquí", dijo uno de los otros soldados desanimadamente.

En lugar de rendirse ante esta dificultad aparentemente insuperable, Juan comenzó a buscar una solución. Mirando alrededor, vio un árbol cercano que estaba inclinado sobre el borde del acantilado. "¡Creo que encontré una solución!", dijo emocionado.

Con la ayuda de sus compañeros de equipo, lograron cortar el árbol y hacerlo caer hacia abajo para crear un puente improvisado. Fue peligroso y difícil, pero finalmente lograron cruzar con éxito.

Después de eso, el resto del camino fue más fácil y pudieron completar su misión sin problemas. Cuando regresaron a la base de la montaña, Juan se dio cuenta de lo mucho que había aprendido en esa aventura.

Había descubierto que siempre hay una solución si estás dispuesto a buscarla y trabajar duro por ella. También aprendió que no tienes que enfrentarte solo a los desafíos; los amigos pueden ayudarte en momentos difíciles.

Desde ese día en adelante, Juan se convirtió en uno de los soldados más respetados y valientes del ejército argentino gracias a su coraje y determinación en la montaña.

FIN.

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