La Misión de los Duendes Estelares



Había una vez un grupo de duendes que vivían en la montaña más alta del planeta. Los duendes eran pequeños y traviesos, y les encantaba jugar entre ellos.

Un día, mientras jugaban cerca de un río, vieron algo asombroso: ¡un unicornio! El unicornio era blanco con una larga melena dorada y un cuerno brillante en la frente. Los duendes se acercaron lentamente al unicornio, pero este no parecía tener miedo de ellos.

"Hola, ¿quién eres tú?" preguntó uno de los duendes. "Soy un unicornio," respondió el animal con voz suave. "¿Y ustedes quiénes son?"Los duendes se presentaron y comenzaron a charlar con el unicornio.

Les contó que venía de otro planeta donde había mucho hielo y fuego al mismo tiempo. También les dijo que las estrellas fugaces eran muy importantes allí porque daban luz al mundo durante la noche.

Los duendes no podían creer lo interesante que era el mundo fuera de su montaña. Decidieron acompañar al unicornio a su planeta para verlo por sí mismos. Después de viajar por muchos días en el lomo del unicornio, finalmente llegaron a su destino.

La vista era impresionante: enormes llamas salían del suelo mientras grandes bloques de hielo flotaban en el aire. "¡Esto es increíble!" exclamó uno de los duendes. Pero pronto descubrieron que todo ese fuego estaba consumiendo todo lo que encontraba a su paso, incluyendo árboles y plantas hermosas.

Los duendes se preocuparon mucho por la situación y decidieron buscar una solución. Fue entonces cuando recordaron las estrellas fugaces del unicornio.

Decidieron recolectar algunas y colocarlas en lugares estratégicos para iluminar el planeta durante la noche, así no habría necesidad de tanto fuego. Los duendes trabajaron duro recolectando las estrellas fugaces y colocándolas en diferentes lugares del planeta. Poco a poco, el fuego comenzó a disminuir y los árboles volvieron a crecer.

"¡Lo logramos!" exclamó uno de los duendes. El unicornio estaba muy contento con su nuevo hogar más verde y menos ardiente. Y los duendes aprendieron que siempre hay una solución pacífica si se trabaja juntos y se utiliza la creatividad.

Desde ese día, cada vez que veían una estrella fugaz en el cielo nocturno, sabían que habían hecho algo bueno por un amigo lejano y que su amistad con el unicornio duraría para siempre.

FIN.

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