La Misión de los Fantasmas
Érase una vez, en un pequeño pueblo llamado El Palmar, un niño llamado Lucas. Lucas era un chico curioso y aventurero, siempre en busca de nuevas historias y aventuras. Un día, mientras ayudaba a su papá en el jardín, sus padres decidieron contarle un relato especial.
"Lucas, hoy te vamos a contar sobre la Misión de los Fantasmas que ninguna persona ha logrado completar", dijo su mamá con una sonrisa.
"¿Una Misión? ¡Suena increíble!", exclamó Lucas emocionado.
"Sí. Se dice que al final del camino abierto, existe un bosque encantado donde viven espíritus amistosos llamados Fantasmas de la Amistad. Ellos necesitan ayuda para encontrar su lugar en el mundo, pero solo un niño valiente puede hacerlo", continuó su papá.
Lucas, con sus ojos brillantes, preguntó:
"¿Y cómo puedo ayudarles?".
"Deberás recorrer el camino abierto, descubrir el bosque encantado y usar tu corazón para resolver sus problemas", le respondió su mamá.
Lucas decidió que al día siguiente comenzaría su misión. Desde muy temprano, preparó su mochila con unos bocadillos, su linterna y un cuaderno para anotar sus descubrimientos. Al salir de su casa, el viento soplaba suavemente, y Lucas sentía que todo era posible.
Mientras caminaba por el camino abierto, se encontró con su amiga Sofía.
"¡Hola, Lucas! ¿A dónde vas?".
"Voy en busca de los Fantasmas de la Amistad. ¿Te gustaría acompañarme?".
Sofía sonrió.
"¡Por supuesto! Una aventura siempre es mejor en compañía".
Ambos niños continuaron por el camino, conversando y riendo. Después de un rato, llegaron a la entrada del bosque encantado. Los árboles eran tan altos que parecían tocar el cielo y sus hojas brillaban con un tono dorado.
FIN.