La Misión de los Guardianes de la Naturaleza



Había una vez en la hermosa provincia de Corrientes, Argentina, un grupo de animalitos que vivían felices y en armonía en la selva.

Entre ellos se encontraban el simpático mono Juanito, la ágil tortuga Lola y el curioso pajarito Mateo. Un día, mientras exploraban su hogar, los tres amigos se dieron cuenta de que algo no estaba bien. Los árboles estaban siendo talados y cada vez había menos espacio para jugar y encontrar comida.

Además, algunos animales habían desaparecido misteriosamente. Preocupados por lo que estaba sucediendo, decidieron buscar al sabio búho Don Beto para pedirle consejo.

Con sus grandes ojos brillantes y su voz serena, Don Beto les explicó: "-Queridos amigos, lo que ocurre es que los humanos están invadiendo nuestro hábitat natural. Están construyendo casas y acabando con nuestros bosques". Juanito dijo: "-¡Pero eso no está bien! Tenemos que hacer algo para proteger nuestra fauna".

Lola asintió con entusiasmo: "-Sí, debemos cuidar a todos nuestros amiguitos animales". Mateo agregó: "-Estoy seguro de que si trabajamos juntos podremos lograrlo". Decididos a cambiar las cosas, los tres amigos organizaron una reunión con todos los animales de la selva.

Explicaron la situación y propusieron un plan para cuidar su fauna. El primer paso fue educarse sobre las especies en peligro de extinción y aprender cómo protegerlas. Todos participaron en talleres donde aprendían sobre la importancia de preservar el medio ambiente.

Luego, organizaron brigadas de limpieza para reagarrar la basura que los humanos dejaban en el bosque. Todos trabajaron juntos, separando y reciclando los desechos. Además, construyeron comederos y bebederos para asegurarse de que todos los animales tuvieran suficiente comida y agua.

También plantaron árboles nuevos para reemplazar a los que habían sido talados. Poco a poco, la selva volvió a cobrar vida. Los animales se sentían más seguros y felices gracias a las acciones tomadas por Juanito, Lola y Mateo.

Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon un grito de auxilio. Era un pequeño ciervo atrapado en una red abandonada por pescadores descuidados. Rápidamente corrieron hacia él y lo liberaron.

El ciervo les dio las gracias con lágrimas en sus ojos: "-Gracias por salvarme. Pensé que nunca volvería a ver mi familia". Los tres amigos sonrieron con satisfacción y le dijeron al ciervo: "-No hay de qué preocuparse. Estamos aquí para cuidarte".

La historia de cómo Juanito, Lola y Mateo protegieron la fauna de Corrientes se difundió rápidamente entre los habitantes humanos de la provincia. Se dieron cuenta del daño que estaban causando y comenzaron a tomar medidas para preservar el medio ambiente.

Así fue como Corrientes se convirtió en un ejemplo mundial de conservación de la fauna. Todos aprendieron la importancia de cuidar el hogar en el que vivimos junto con todos los seres vivos que lo habitan.

Y así, gracias al esfuerzo y dedicación de tres pequeños amigos, la fauna de Corrientes se salvó y continuó floreciendo por generaciones.

FIN.

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