La misión de los tres amigos



Había una vez en un tranquilo barrio de Buenos Aires, tres amigos llamados Martina, Lucas y Juanito.

Les encantaba jugar juntos en el amplio jardín de la casa de Martina, donde las risas y los juegos eran parte de su día a día. Una tarde soleada, mientras exploraban un rincón del jardín que aún no conocían muy bien, tropezaron con algo brillante entre las flores.

Al acercarse con curiosidad, descubrieron que era una pequeña hada mágica con alas resplandecientes y vestida con colores brillantes. - ¡Wow! ¿Eres realmente un hada? -preguntó emocionado Lucas. - Sí, soy un hada mágica y he estado esperando por ustedes -respondió la hada con una voz suave y melodiosa.

Los tres amigos se miraron sorprendidos pero emocionados por haber encontrado a esta criatura tan especial en su propio jardín.

El hada les explicó que necesitaba ayuda para recuperar su varita mágica, la cual había sido robada por un malvado duende que quería usarla para hacer travesuras en el mundo humano. Sin dudarlo ni un segundo, Martina, Lucas y Juanito se ofrecieron a ayudar al hada en su misión.

Juntos emprendieron un viaje lleno de aventuras por bosques encantados y montañas nevadas en busca del duende travieso. En el camino enfrentaron desafíos como puentes peligrosos y criaturas misteriosas que intentaban detenerlos, pero gracias a su valentía y trabajo en equipo lograron superar cada obstáculo.

Descubrieron que la verdadera magia estaba en la amistad y la solidaridad que compartían entre ellos. Finalmente, tras una emocionante persecución por el bosque oscuro, lograron atrapar al duende justo cuando este intentaba hacer desaparecer la varita mágica.

Con astucia e ingenio lograron arrebatarle la varita al duende antes de que causara algún daño irreversible. El hada les agradeció profundamente por su valentía y determinación, prometiendo proteger siempre su amistad con una pizca de polvo mágico para recordar aquel increíble día juntos.

Los tres amigos regresaron a casa con el corazón lleno de alegría y orgullo por haber vivido una aventura inolvidable junto al hada mágica.

Desde ese día en adelante, Martina, Lucas y Juanito siguieron jugando en el jardín con renovado entusiasmo sabiendo que los verdaderos tesoros se encuentran no solo en lo material sino también en los momentos compartidos junto a quienes más queremos. Y así continuaron creciendo juntos fortaleciendo su amistad día a día bajo la protección mágica del hada encantada.

FIN.

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