La misión de los unicornios salvadores
Había llegado el esperado día del cumpleaños de Julianna, y toda su familia se había reunido para celebrar en la casa de Ryan.
El sol brillaba en lo alto y el cielo estaba despejado, perfecto para disfrutar de un día en la piscina. - ¡Feliz cumpleaños, Julianna! -gritaban todos mientras le cantaban una animada canción. Julianna sonreía radiante, emocionada por tener a sus seres queridos junto a ella.
La temática de la fiesta era de unicornios, con globos coloridos y decoraciones mágicas por doquier. - ¡Gracias a todos por estar aquí! -exclamó Julianna emocionada-. ¡Vamos a divertirnos mucho hoy! Los niños corrían alrededor de la piscina, riendo y chapoteando en el agua fresca.
Isamar lucía una corona brillante de unicornio en su cabeza, mientras que Dorielys sostenía un flotador en forma de arcoíris. Aihnoa y Danna jugaban juntas a lanzarse agua con pistolas de colores.
- ¡Esto es genial! -gritó Ryan mientras saltaba desde el trampolín haciendo una voltereta. El aroma del pastel recién horneado llenaba el aire, haciéndoles agua la boca a todos los presentes. Era un día lleno de amor, alegría y diversión sin igual.
De repente, un ruido extraño llamó la atención de los niños. Al acercarse al borde de la piscina, descubrieron que se trataba de un pequeño pajarito atrapado entre las ramas del árbol cercano. - ¡Pobrecito! Debemos ayudarlo -dijo Isamar con preocupación en su voz.
Sin dudarlo ni un segundo, los niños se organizaron para rescatar al pajarito. Ryan trepó hábilmente hasta donde estaba atrapado y lo liberó con cuidado. El pajarito revoloteó felizmente antes de salir volando hacia el cielo azul.
- ¡Lo logramos! -exclamaron los niños felices por haber salvado al pequeño animalito. La tarde continuó llena de risas y juegos bajo el cálido sol.
Los adultos prepararon una deliciosa barbacoa mientras los niños seguían disfrutando del agua cristalina y las risas contagiosas que resonaban por todo el jardín. Al caer la noche, encendieron velas multicolores sobre la mesa donde reposaba el hermoso pastel decorado con un unicornio brillante.
Todos cantaron nuevamente "Feliz Cumpleaños" mientras Julianna soplaba las velas rodeada del cariño de su familia y amigos. - Este ha sido uno de los mejores cumpleaños jamás vividos -susurró Julianna emocionada-. Gracias a todos por hacerlo tan especial.
Y así terminó este día inolvidable lleno de amor familiar, amistad verdadera y momentos mágicos que perdurarían en sus corazones para siempre.
FIN.