La misión de Margarita y Estrella
Había una vez en una granja llamada "Sol y Miel" una pequeña abeja llamada Margarita. Margarita era muy curiosa y siempre estaba volando de un lado a otro, recolectando néctar de las flores para hacer miel.
Un día, mientras volaba por el campo, vio algo brillante y colorido en el bosque cercano. Intrigada, Margarita se acercó sigilosamente y descubrió que era un hermoso unicornio blanco con crines doradas y ojos tan brillantes como el sol.
El unicornio estaba jugando entre los árboles y parecía muy feliz. "¡Hola! Soy Margarita, la abeja. ¿Y tú quién eres?", preguntó la abeja con entusiasmo. El unicornio levantó la cabeza sorprendido al escuchar a la abeja hablar.
Nunca antes había conocido a una abeja parlante. "¡Oh, hola Margarita! Yo soy Estrella, el unicornio mágico", respondió con una voz suave y melodiosa. Margarita quedó maravillada al conocer a Estrella y juntos comenzaron a conversar y compartir sus historias.
La abeja le contó sobre su trabajo en la colmena y cómo producían miel para alimentar a todos los animales de la granja.
Por otro lado, Estrella le habló sobre su magia y cómo protegía el bosque de cualquier peligro que pudiera acecharlo. A medida que pasaban los días, Margarita y Estrella se hicieron amigos inseparables.
Juntos exploraban el bosque, jugaban en prados llenos de flores de colores vivos e incluso ayudaban a resolver problemas en la granja cuando era necesario. Un día, mientras volaban por encima del campo de girasoles, vieron que las plantas estaban marchitas y no crecían como antes.
Margarita se preocupó mucho porque sabía lo importante que eran los girasoles para hacer miel dulce y deliciosa. "Estrella, tenemos que hacer algo para salvar los girasoles", exclamó Margarita con determinación. El unicornio asintió con tristeza al ver la situación del campo pero recordó que su magia podía ayudar en momentos como ese.
Con un destello en sus ojos, Estrella canalizó toda su energía mágica hacia los girasoles marchitos e inmediatamente comenzaron a recuperarse ante la mirada asombrada de Margarita.
Gracias a la colaboración entre la valiente abeja Margarita y el poderoso unicornio Estrella, los girasoles volvieron a florecer más hermosos que nunca. La granja "Sol y Miel" volvió a estar llena de vida gracias al trabajo en equipo de estos dos amigos tan especiales.
Desde ese día, todos en la granja supieron que cualquier desafío podía ser superado si trabajaban juntos como lo hacían Margarita y Estrella: con amistad sincera, valentía inquebrantable e infinita bondad en sus corazones.
FIN.