La misión de Mateo



Había una vez, en un mundo devastado por la guerra nuclear, un vestiario habitado por monstruos devoradores de personas.

Estos seres horribles se alimentaban de los últimos humanos que quedaban en pie, y poco a poco iban apagando las civilizaciones que alguna vez habían existido. En medio de este caos y desolación, surgió una nueva raza de seres superiores.

Eran criaturas luminosas y bondadosas, con poderes extraordinarios que les permitían proteger a los humanos restantes de los monstruos devoradores. Estos seres superiores se llamaban los "Guardianes del Amanecer", y estaban decididos a salvar a la humanidad de su inevitable extinción.

Un día, mientras exploraban las ruinas de lo que antes había sido una gran ciudad, los Guardianes del Amanecer encontraron a un niño humano escondido en un viejo edificio abandonado. El niño se llamaba Mateo y estaba asustado y hambriento. Los Guardianes lo llevaron al vestiario donde vivían para protegerlo y cuidarlo.

Al principio, Mateo tenía miedo de los Guardianes del Amanecer. No entendía quiénes eran ni por qué estaban ayudándolo. Pero con el tiempo, fue conociendo sus historias y aprendiendo sobre su misión de salvar a la humanidad.

Mateo descubrió que también él tenía un papel importante en ese plan: debía convertirse en el mensajero entre los Guardianes y los pocos humanos que quedaban dispersos por el mundo.

"¡Mateo! Necesitamos tu ayuda para encontrar a otros sobrevivientes", dijo Luminara, la líder de los Guardianes del Amanecer. "¿Cómo puedo ayudar? Soy solo un niño", respondió Mateo con humildad. "Tienes el corazón valiente y la capacidad de llegar donde nosotros no podemos.

Tu bondad es tu mayor fuerza", le explicó Luminara con dulzura. Así, Mateo emprendió su misión junto a los Guardianes del Amanecer. Recorrieron ciudades devastadas, bosques oscuros e incluso cuevas peligrosas en busca de otros sobrevivientes.

Gracias a la valentía y determinación del niño humano, lograron rescatar a varias personas atrapadas por los monstruos devoradores. Poco a poco, con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron construir refugios seguros para todos los supervivientes reunidos bajo la protección de los Guardianes del Amanecer.

La esperanza volvió a brillar en aquel mundo sombrío gracias al coraje y generosidad de Mateo y sus nuevos amigos extraordinarios.

Y así fue como una nueva era comenzó para la humanidad: una era donde la solidaridad, el amor y la amistad triunfaron sobre la oscuridad y el miedo. Los monstruos devoradores ya no eran más una amenaza gracias al valor inquebrantable de unos cuantos seres especiales dispuestos a darlo todo por un futuro mejor para todos.

FIN.

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