La misión de Matías



Había una vez en un bosque encantado, un gato llamado Matías que soñaba con ser un valiente dragón. Todos los días miraba al cielo y veía a los majestuosos dragones volar, deseando ser uno de ellos.

Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con unos soldados kiwi que estaban perdidos. "¡Hola, soy Matías! ¿Necesitan ayuda?", preguntó el gato con entusiasmo.

Los soldados kiwi se sorprendieron al ver a un gato tan amable y decidieron contarle que estaban buscando a su capitán araña, quien había desaparecido misteriosamente en el bosque. Matías no lo dudó ni un segundo y les ofreció su ayuda para encontrarlo.

Así comenzaron una aventura juntos, recorriendo cada rincón del bosque en busca del capitán araña. En su camino se enfrentaron a diversos obstáculos como ríos caudalosos y montañas escarpadas, pero siempre trabajando en equipo lograban superarlos.

"¡No podemos rendirnos ahora! ¡El capitán araña nos necesita!", exclamaba Matías motivando a sus nuevos amigos. Finalmente, luego de enfrentarse a una cueva oscura llena de murciélagos chismosos, encontraron al capitán araña atrapado en una telaraña gigante tejida por una malvada bruja del bosque.

Sin pensarlo dos veces, Matías y los soldados kiwi idearon un plan para rescatarlo. Con astucia y valentía lograron despistar a la bruja y cortar la telaraña para liberar al capitán araña.

Este les dio las gracias emocionado y les prometió llevarlos a todos juntos volando sobre su tela de araña hasta la salida del bosque. "¡Gracias por salvarme! Nunca olvidaré lo que han hecho por mí", dijo el capitán araña con lágrimas de alegría en sus ojos.

Así, entre risas y abrazos, nuestros valientes amigos emprendieron el regreso triunfal junto al capitán araña. Al llegar al final del bosque, se despidieron prometiendo mantenerse en contacto y recordando siempre la importancia de la amistad y la solidaridad en momentos difíciles.

Matías entendió entonces que no necesitaba convertirse en un dragón para ser valiente y poderoso; lo importante era tener un corazón noble y estar dispuesto a ayudar a quienes lo necesitan.

Y así fue como nuestro querido gato se convirtió en el héroe del bosque encantado, enseñándonos que juntos podemos superar cualquier adversidad si trabajamos en equipo con amor y determinación.

FIN.

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