La misión de Rayo y Toby



Había una vez en un hermoso campo verde, una gallina muy amable llamada Rosita, un caballo noble llamado Rayo, un perro juguetón llamado Toby y una mala bruja que siempre causaba problemas en el lugar.

Un día, la mala bruja decidió jugarle una broma a los animales del campo. Usando su varita mágica, convirtió a Rosita en una gallina egoísta que solo pensaba en sí misma.

La pobre gallina no entendía qué le pasaba, se sentía extraña y triste. Rayo, el caballo sabio del campo, se dio cuenta de lo que había hecho la malvada bruja y decidió buscar ayuda. Fue donde Toby y le contó lo sucedido.

"¡Tenemos que hacer algo para ayudar a Rosita! No podemos permitir que siga siendo egoísta", dijo Rayo con determinación. Toby movió la cola emocionado y propuso un plan para revertir el hechizo de la bruja.

Juntos idearon una estrategia para distraer a la bruja mientras buscaban la manera de deshacer el maleficio. Mientras tanto, Rosita seguía comportándose de forma egoísta; no compartía su comida con los demás animales y los ignoraba cuando intentaban hablarle.

La mala bruja se reía viendo cómo la gallina había caído en su trampa. Pero gracias al ingenio de Rayo y Toby, lograron encontrar una planta especial que rompería el hechizo de egoísmo sobre Rosita. Con cuidado y rapidez, prepararon una poción con esa planta secreta.

Cuando llegó el momento oportuno, Toby distrayó a la bruja haciéndole creer que algo peligroso estaba cerca. Mientras tanto, Rayo se acercó sigilosamente a Rosita y le hizo beber la poción mágica. Al instante, los ojos de Rosita brillaron con bondad nuevamente.

Se disculpó con todos por su comportamiento anterior e incluso les ofreció compartir sus alimentos sin dudarlo.

La malvada bruja enfurecida al ver su hechizo deshecho lanzó destellos por todas partes pero finalmente tuvo que huir ante la valentía y solidaridad demostrada por los animales del campo. Desde ese día, Rosita aprendió lo importante que es ser generosa y pensar en los demás.

Los cuatro amigos vivieron felices en armonía, recordando siempre que juntos podían superar cualquier dificultad gracias a la amistad y al trabajo en equipo. Y así fue como vencieron juntos las artimañas de aquella mala bruja.

FIN.

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