La misión de rescate en el bosque espacial



Había una vez en un lejano planeta, un marciano llamado Marciano que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Marciano vivía en un pequeño y colorido pueblo junto a sus amigos, todos ellos seres amigables y curiosos.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Marciano escuchó un ruido proveniente de un árbol. Al acercarse, vio a Ayudarce, una linda ardilla que había caído de una rama alta y parecía tener miedo de bajar.

Sin dudarlo ni un segundo, Marciano se ofreció a ayudarla. "¡Hola Ayudarce! ¿Necesitas ayuda para bajar del árbol?" -preguntó amablemente Marciano. Ayudarce asintió con la cabeza y le contó lo sucedido.

Sin perder tiempo, Marciano utilizó sus habilidades especiales para construir una escalera hecha de ramas y hojas hasta donde estaba la ardilla. Con mucho cuidado, Ayudarce bajó por la escalera creada por Marciano y llegó sana y salva al suelo. "¡Gracias Marciano! ¡Eres increíble!" -exclamó Ayudarce emocionada.

Marciano sonrió feliz al ver a su amiga a salvo y continuaron juntos explorando el bosque. De repente, escucharon un pequeño estornudo proveniente de unos arbustos cercanos.

Al acercarse descubrieron a Erizo, quien tenía frío y no encontraba su madriguera para resguardarse. Sin pensarlo dos veces, Marciano tomó prestada una manta de flores del bosque y envolvió al erizo para abrigarlo. Juntos buscaron su madriguera hasta encontrarla bien escondida entre las raíces de un árbol grande.

Erizo entró feliz en su hogar mientras agradecía la ayuda de sus nuevos amigos. Conforme avanzaban en su caminata por el bosque, se toparon con naves espaciales que parecían haberse estrellado en medio del campo.

Preocupados por lo ocurrido, decidieron investigar más de cerca qué había pasado. Para sorpresa de todos, dentro de las naves encontraron animales espaciales heridos que necesitaban ayuda urgente.

Marciano no dudó en poner manos a la obra junto con Ayudarce y Erizo para curar las heridas de los animales espaciales y reparar sus naves para que pudieran regresar sanos y salvos a sus hogares en otros planetas.

Trabajaron juntos sin descanso hasta lograr devolver la felicidad a esos seres extraterrestres tan lejanos pero tan similares a ellos.

Al finalizar la jornada llena de aventuras e imprevistos inesperados, los tres amigos se sentaron bajo las estrellas brillantes del cielo nocturno contemplando todo lo logrado gracias al trabajo en equipo y la solidaridad demostrada hacia los demás seres vivientes del universo.

"¡Qué día tan emocionante hemos tenido! Siempre es bueno recordarnos que podemos hacer grandes cosas cuando nos ayudamos mutuamente" -dijo Marciano con gratitud mirando a sus amigos Ardilla e Erizo quienes asintieron felices compartiendo ese momento especial juntos.

Y así fue como Marciano aprendió que nunca está solo cuando tiene amigos dispuestos a ayudarlo en momentos difíciles; porque juntos pueden lograr cualquier cosa si trabajan en equipo con amor y dedicación hacia los demás seres vivientes del universo entero.

FIN.

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