La misión del arcoíris



Había una vez en un mundo muy especial, donde todo era de colores brillantes y vivos, un conejo llamado Pancho y una gata llamada Mora.

Pancho era blanco como la nieve y Mora tenía un pelaje negro como la noche, pero juntos formaban una amistad inseparable. Un día, mientras exploraban el bosque de colores, Pancho y Mora se encontraron con un arcoíris que parecía perder sus colores poco a poco.

Alarmados por lo que veían, decidieron emprender un viaje para descubrir qué estaba pasando y cómo podían ayudar a devolverle los colores al arcoíris.

Caminaron por praderas verdes, cruzaron ríos azules y escalaron montañas rojas hasta llegar a la cueva del mago Arcoirisio, quien les explicó que alguien había robado los frascos mágicos que contenían los colores del arcoíris. Sin esos frascos, el arcoíris se iba desvaneciendo lentamente. "¡Tenemos que recuperar los frascos mágicos para salvar el arcoíris!", exclamó Pancho con determinación.

"¡Sí! ¡Trabajemos juntos para lograrlo!", respondió Mora emocionada. Con valentía y astucia, Pancho y Mora se adentraron en el bosque oscuro donde habitaba el ladrón de colores.

Se enfrentaron a obstáculos como árboles cantarines que intentaban confundirlos y flores parlanchinas que mentían para despistarlos, pero nada detenía su misión. Finalmente llegaron ante el ladrón de colores, un zorro travieso con una risa malévola que intentaba ocultar su culpa.

Con ingenio y trabajo en equipo, Pancho distrajo al zorro mientras Mora buscaba sigilosamente los frascos mágicos escondidos en su guarida. Al encontrar los frascos mágicos con los colores del arcoíris dentro de una vieja caja fuerte oxidada, Mora salió corriendo hacia Pancho para entregarle las preciosas botellas.

Juntos abrieron los frascos uno por uno liberando cada color brillante al aire, hasta que finalmente el arcoíris volvió a resplandecer en todo su esplendor sobre el cielo del mundo de colores. El mago Arcoirisio apareció entonces para agradecerles por su valentía y determinación.

Les concedió a Pancho y Mora un deseo cada uno como recompensa por haber salvado al arcoíris.

Sin dudarlo ni un segundo, Pancho pidió poder compartir la alegría de vivir en un mundo tan colorido con todos aquellos que encontraran en su camino; mientras que Mora pidió poder seguir disfrutando de grandes aventuras junto a su amigo conejo.

Desde ese día en adelante, Pancho y Mora se convirtieron en leyendas del mundo de colores gracias a su valentía e amistad inquebrantable. Y cada vez que veían el arco iris brillar sabían que juntos eran capaces de superar cualquier desafío que se les presentara.

FIN.

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