La misión del Día del Libro en Librolandia
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Librolandia, donde todos los habitantes eran libros vivientes que disfrutaban de contar sus historias y aventuras.
En Librolandia, cada año se celebraba con gran alegría el Día del Libro, donde se honraba la importancia de la lectura y el conocimiento que traían consigo los libros.
En vísperas del Día del Libro, Miguel con su libro "El Quijote", William con su libro "Romeo y Julieta", Gabriel con su libro "Cien años", Jane Austen con su libro "Orgullo y Prejuicio", Paulo con su libro "El Alquimista" y Edgar con su cuento "El Gato Negro" estaban emocionados preparándose para la gran celebración.
Un día antes del evento, Miguel decidió organizar un desfile por las calles de Librolandia para invitar a todos a unirse a la fiesta. Los demás personajes se entusiasmaron con la idea y comenzaron a prepararse para lucir sus mejores galas.
"¡Vamos amigos! ¡Hay que mostrarle a todos lo maravilloso que es sumergirse en nuestras páginas!", exclamó Miguel mientras ajustaba su sombrero de caballero. "¡Sí! ¡Será genial compartir nuestras historias e inspirar a otros a leer más!", agregó William emocionado.
Así, al día siguiente, el desfile comenzó por las calles de Librolandia. Mientras caminaban, cada personaje iba contando fragmentos de sus historias y compartiendo mensajes sobre la importancia de la lectura y cómo los libros podían transportar a cualquier persona a mundos increíbles.
De repente, cuando estaban llegando al final del desfile, una ráfaga de viento inesperada hizo volar las páginas de los libros por todas partes. Los personajes entraron en pánico al ver cómo sus historias se dispersaban sin control.
"¡Mis páginas! ¡Mis palabras preciosas están volando lejos!", gritaba Jane Austen angustiada. "Tranquilos amigos, no podemos permitir que nuestras historias se pierdan así como así. Debemos actuar rápido", dijo Paulo con determinación. Entonces, Gabriel tuvo una brillante idea.
Recordó un pasaje especial en su libro "Cien Años" donde los personajes luchaban contra vientos huracanados para mantener juntos sus recuerdos familiares.
Inspirados por esta historia, decidieron unir fuerzas para perseguir cada página perdida y traerlas de vuelta al lugar seguro en el centro del pueblo. Con valentía y trabajo en equipo lograron recuperar todas las páginas extraviadas. Una vez juntas nuevamente, sintieron que sus historias cobraban aún más vida al haber enfrentado juntos aquel desafío inesperado.
Finalmente, reunidos en el centro del pueblo frente a todos los habitantes de Librolandia, los personajes leyeron fragmentos especiales de sus libros recordando la importancia de cuidar las palabras impresas en ellos como tesoros invaluables que debían ser compartidos y protegidos para siempre.
Y así terminó el Día del Libro en Librolandia: con risas, aprendizaje y amistad entre personajes tan diversos pero unidos por el amor hacia la lectura y las historias infinitas contenidas dentro de cada uno de ellos.
FIN.