La misión escolar


En la helada Antártida, en una escuela muy especial para pingüinos de kinder, vivían tres amiguitos muy traviesos: Panchito, Toto y Luli. Les encantaba jugar al chinchu en el recreo y tomar agua fresca del glaciar.

Un día soleado, después de un intenso partido de chinchu, los tres amiguitos sintieron mucha sed y corrieron hacia la fuente de hielo para tomar agua. Se reunieron alrededor de ella y comenzaron a beber con ansias.

- ¡Qué rico que está esta agua fresquita! - exclamó Panchito mientras bebía con ganas. - Sí, es lo mejor después de jugar tanto tiempo bajo el sol - dijo Toto sorbiendo suavemente.

- Chicos, no tomen tan rápido, pueden atragantarse - advirtió mamá Pingüino acercándose a ellos con una sonrisa cariñosa pero firme. Los tres amigos se miraron entre sí y asintieron con vergüenza. Sabían que su mamá tenía razón y que debían tener más cuidado al beber el agua.

Decidieron hacerle caso y comenzaron a beber más despacio, disfrutando cada sorbo sin apurarse. De repente, escucharon un ruido extraño detrás de ellos. Era Carlitos el pingüino mayor del colegio, quien se acercaba corriendo hacia la fuente.

- ¡Chicos! ¡Rápido! ¡Hay un incendio en la sala de música! Necesitamos llevar agua para apagarlo - gritó Carlitos angustiado. Los tres amiguitos dejaron sus vasos a un lado y se miraron preocupados.

Sabían que tenían que actuar rápido para ayudar a sus compañeros y salvar la sala de música. Sin dudarlo un segundo, tomaron grandes cantimploras vacías y las llenaron con el agua fresca de la fuente.

Corrieron lo más rápido que pudieron hacia la sala de música donde el fuego empezaba a extenderse peligrosamente. Con valentía y trabajo en equipo lograron apagar las llamas antes de que causaran daños mayores.

Todos los pingüinos del colegio los felicitaron por su rápida acción y les agradecieron por salvar la sala de música. Mamá Pingüino los abrazó orgullosa y les dijo:- Estoy muy feliz por cómo actuaron hoy mis pequeños pingüinos. Demostraron valentía, solidaridad y rapidez para resolver problemas importantes.

Siempre recuerden que trabajar juntos es fundamental para lograr grandes cosas. Desde ese día en adelante, Panchito, Toto y Luli aprendieron la importancia de ser precavidos al tomar agua e interiorizaron aún más el valor del trabajo en equipo y la solidaridad en situaciones difíciles.

Jugaron al chinchu con responsabilidad y siguieron siendo los mejores amigos del colegio antártico.

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