La Misión Estelar de las Amigas Valientes



, las dos amigas se miraron con una sonrisa nerviosa. Priscila había construido la nave ella misma, y aunque estaba segura de que funcionaría perfectamente, no podía evitar sentir un poco de miedo ante lo desconocido.

- ¿Estás lista? -preguntó Rebecca. - Siempre lo he estado -respondió Priscila con determinación-. ¡Comencemos esta aventura! Y así fue como la nave despegó hacia el espacio exterior.

Las chicas se aferraron a sus asientos mientras el viento soplaba fuerte en sus caras y sus cuerpos temblaban por la fuerza del impulso. Pronto, sin embargo, la nave se estabilizó y comenzaron a flotar suavemente por el cosmos.

Priscila manejaba los controles con cuidado mientras Rebecca admiraba las vistas desde la ventana. - Mira ese planeta azul allá abajo -dijo Rebecca señalando a través del cristal-. Es hermoso. - Sí, pero no podemos detenernos ahora -respondió Priscila seriamente-. Tenemos una misión importante que cumplir.

Las chicas seguían avanzando por el espacio cuando de repente un destello brillante apareció en su camino. La nave comenzó a vibrar violentamente y las luces parpadearon antes de apagarse completamente.

- ¡No puede ser! ¿Qué ha pasado? -exclamó Priscila preocupada mientras intentaba reiniciar los sistemas de la nave. Pero nada parecía funcionar. La nave estaba completamente muerta en medio del espacio vacío y oscuro.

Las chicas empezaban a sentirse desesperadas hasta que notaron algo extraño fuera de su ventana: una pequeña nave que se acercaba a ellos rápidamente. - ¿Será un rescate? -preguntó Rebecca con esperanza en su voz. La nave se detuvo justo al lado de ellas y una figura misteriosa apareció en la ventana.

Era un ser extraterrestre, pero no parecía hostil. De hecho, estaba sonriendo amablemente. - Hola, chicas -dijo el alienígena en perfecto español-. He venido a ayudarlas. Las chicas estaban sorprendidas e incluso asustadas, pero decidieron confiar en el extraño visitante.

Él reparó la nave de Priscila y les dio unas coordenadas para llegar a su destino final: un planeta lejano donde había una colonia humana que necesitaba ayuda urgente.

Priscila y Rebecca siguieron las indicaciones del extraterrestre y finalmente llegaron al planeta en cuestión. Allí descubrieron que los habitantes habían sido afectados por una enfermedad desconocida que los dejaba sin fuerzas ni energía vital.

Con sus conocimientos científicos y habilidades médicas, las dos amigas trabajaron duro para encontrar una cura para la enfermedad. Pasaron días enteros investigando y experimentando hasta que finalmente dieron con la solución. Los habitantes del planeta se recuperaron rápidamente gracias al trabajo de Priscila y Rebecca, quienes fueron recibidas como heroínas por toda la comunidad.

La nave espacial que habían construido juntas había salvado vidas humanas en otro mundo completamente diferente al suyo. - Nunca pensé que podríamos hacer algo así -dijo Rebecca emocionada mientras volvían a casa después de cumplir su misión-.

¡Fue increíble! - Lo hicimos juntas -respondió Priscila con una sonrisa-. Y no hay nada que no podamos hacer si trabajamos en equipo y confiamos en nosotros mismos.

Las dos amigas se dieron un emocionado abrazo mientras la nave espacial seguía su camino hacia la Tierra. Esta vez, sin embargo, las chicas se sentían más seguras y confiadas gracias a la experiencia que habían vivido.

Sabían que el universo era grande y lleno de peligros, pero también estaba lleno de oportunidades para ayudar a los demás y crecer como personas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!