La moda de Martina


Había una vez una niña llamada Martina que era muy distinta a los demás niños de su colegio. Siempre tenía ideas creativas y originales, pero lo más especial de ella era su forma de vestir.

A diferencia de sus compañeros, a Martina le encantaba usar ropa extravagante y colorida. Un día, Martina decidió ir al colegio con una vestía larga y brillante. Tenía colores tan vibrantes que parecía un arcoíris en movimiento.

Al llegar al colegio, todos se quedaron sorprendidos al verla. - ¡Miren a Martina! ¡Está usando una vestía! - exclamó Sofía. - ¿Qué te pasó? ¿Perdiste tus pantalones? - preguntó Lucas entre risas.

Martina no se dejó intimidar por las burlas y respondió con confianza:- No perdí mis pantalones, simplemente decidí ser yo misma y expresarme a través de mi ropa. A pesar de las reacciones negativas, algunos niños se acercaron a Martina para decirle que les gustaba su estilo único.

Entre ellos estaba Juanito, un chico tímido pero valiente que siempre admiraba la originalidad de Martina desde lejos. - Me encanta tu vestido mágico, ¿puedo tocarlo? - preguntó Juanito tímidamente.

Martina sonrió y asintió mientras extendía su brazo para mostrar el tejido brillante del vestido. Desde ese momento, Martina y Juanito se hicieron amigos inseparables. Los días siguientes fueron emocionantes para ambos. Juntos exploraban su creatividad en el patio del colegio durante el recreo.

Martina enseñó a Juanito cómo pintar con colores brillantes y cómo hacer pulseras de cuentas multicolores. Un día, mientras jugaban en el patio, un grupo de niños se acercó para burlarse de Martina otra vez.

- ¡Miren a la niña del vestido raro! - dijeron riendo. Martina se sintió triste y avergonzada, pero Juanito no dudó en defenderla:- No es un vestido raro, es una vestía hermosa que representa su personalidad única.

Además, ella nos ha enseñado a todos a ser valientes y expresarnos tal como somos. Los demás niños quedaron pensativos ante las palabras de Juanito. Algunos incluso empezaron a preguntarle a Martina dónde podían conseguir una vestía igual.

A medida que pasaba el tiempo, más y más niños comenzaron a adoptar estilos únicos y coloridos inspirados por Martina. El colegio se llenó de alegría y creatividad gracias al valor que ella había demostrado al ser diferente.

El director del colegio también notó este cambio positivo y decidió organizar un desfile de moda donde todos los estudiantes pudieran mostrar sus atuendos especiales. Fue un evento mágico lleno de risas, aplausos y mucha diversión. Desde aquel día en adelante, el colegio se convirtió en un lugar donde la originalidad era celebrada.

Todos aprendieron que no importaba cómo te vistieras o qué estilo tuvieras; lo importante era ser auténtico y respetar la individualidad de los demás.

Y así fue como la valentía de una niña llamada Martina cambió la forma en que todos veían la moda y la diversidad en su colegio. Martina se dio cuenta de que ser diferente no era algo malo, sino una oportunidad para inspirar a los demás a ser ellos mismos. .

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