La moneda de la perseverancia



Había una vez un niño llamado Tomás, de 8 años, al que le encantaba jugar a la play con su hermano mayor y practicar futbol en el parque con sus amigos.

También disfrutaba mucho pasar tiempo con sus dos primas, quienes vivían cerca de su casa. A pesar de que no era fanático de ir al colegio, le gustaba estar con sus compañeros y aprender cosas nuevas. Sin embargo, había una materia que no lograba entender: inglés.

Cada vez que tenía clases de esa asignatura, sentía frustración y ganas de salir corriendo del salón. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, se encontró una moneda brillante en el pasto.

La tomó entre sus manos y notó que tenía algo escrito en inglés. Como no entendía lo que decía, decidió llevársela a su abuela para pedirle ayuda.

-Abuela, ¿puedes ayudarme a leer lo que dice esta moneda? -preguntó Tomás mostrándole la moneda a su abuela. -Claro mi amor -respondió ella sonriendo-. Dice "La perseverancia es la clave del éxito".

Tomás quedó pensativo por unos segundos antes de preguntar:-¿Qué significa perseverancia? Su abuela explicó pacientemente que se trataba de seguir adelante sin rendirse ante los obstáculos o dificultades. Desde ese día, Tomás decidió aplicar esa enseñanza en todo lo que hacía.

Aunque seguía sin comprender muy bien las clases de inglés, se esforzaba cada vez más por entenderlo y hacer las tareas correctamente. Además, buscaba maneras de practicar el idioma en su día a día, como escuchando canciones o viendo películas en inglés. Con el tiempo, notó que sus esfuerzos estaban dando frutos.

Empezó a comprender más y más palabras, logró hacer amigos de otros países y descubrió que aprender un nuevo idioma podía ser divertido.

Un día, durante una clase de inglés, la maestra les pidió que escribieran una carta a un amigo extranjero contándoles sobre su vida en Argentina. Tomás se emocionó al pensar en lo mucho que había avanzado y decidió escribir la carta sin ayuda.

Cuando la maestra corrigió las cartas y las devolvió, Tomás no podía creer lo que veían sus ojos: ¡había obtenido la mejor nota! Se sintió orgulloso de sí mismo por haber perseverado y trabajado duro para superar su dificultad. Desde ese momento, Tomás entendió que con esfuerzo y perseverancia podía lograr cualquier cosa que se propusiera.

Y aunque todavía prefería jugar al futbol o pasar tiempo con sus primas antes que tener clases de inglés, sabía que era capaz de enfrentar cualquier reto gracias a esa valiosa enseñanza.

FIN.

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