La moneda de oro perdida


Había una vez, en un campo verde y lleno de flores, cinco ratoncitos que corrían y saltaban sin parar. Eran los mejores amigos del mundo y siempre se cuidaban los unos a los otros.

Un día, mientras jugaban, uno de ellos vio algo brillante en el suelo. Era una moneda de oro muy reluciente. Los demás ratoncitos se acercaron para verla mejor y quedaron maravillados por su belleza. -¡Qué suerte tenemos! -exclamó uno-.

¡Con esta moneda podemos comprar muchas cosas! Los ratoncitos decidieron entonces ir al pueblo más cercano para gastar la moneda en cosas divertidas. Pero cuando llegaron allí, no sabían qué comprar primero. Había tantas opciones que no podían elegir.

De repente, vieron a un gato negro acechando detrás de ellos. -¡Cuidado! -gritó otro ratoncito-. ¡Es un gato peligroso! Los cinco amigos comenzaron a correr lo más rápido que pudieron para escapar del felino.

Pero mientras huían, se dieron cuenta de que habían perdido la moneda de oro. -¡Oh no! -lamentó uno-.

¡Perdimos nuestra única oportunidad de comprar cosas divertidas! Pero entonces recordaron algo importante: aunque habían perdido la moneda, seguían teniendo lo más valioso que existía: su amistad y solidaridad entre ellos. -¿Por qué importa tanto tener cosas materiales si tenemos el amor y la amistad? -se preguntó otro ratoncito con sabiduría-. Lo más importante es estar juntos y apoyarnos siempre.

Los cinco ratoncitos se dieron un fuerte abrazo y prometieron nunca olvidar lo valiosos que eran el uno para el otro. Y así, juntos, siguieron corriendo por el campo llenos de alegría y felicidad.

Desde aquel día, aprendieron que las cosas materiales pueden ser importantes pero no son necesarias para ser felices. Lo importante es tener amigos verdaderos y estar siempre ahí para ellos.

Dirección del Cuentito copiada!