La Moneda Mágica de Yuni y Aroa



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, dos hermanitas llamadas Yuni y Aroa. Eran muy valientes y siempre estaban dispuestas a ayudar a los demás.

Vivían junto a sus tres hermanos debajo de un puente, ya que la familia no tenía suficiente dinero para tener una casa. A pesar de las dificultades, Yuni y Aroa nunca perdían la esperanza y siempre encontraban la manera de sonreír.

Un día, mientras exploraban el bosque cercano al puente, descubrieron algo brillante entre los árboles. Era una moneda de oro. - ¡Mira Aroa! ¡Encontramos una moneda mágica! - exclamó Yuni emocionada. Las niñas sabían que esa moneda podría cambiar sus vidas para siempre.

Decidieron buscar al dueño para devolvérsela. Caminaron por todo el pueblo preguntando si alguien había perdido una moneda dorada, pero nadie sabía nada al respecto. Desanimadas, regresaron al puente con la esperanza de encontrar alguna solución para su difícil situación económica.

Fue entonces cuando vieron a don Jacinto, el dueño del único supermercado del pueblo. - Hola don Jacinto - saludó Yuni con timidez -, encontramos esta moneda mágica y queremos saber si usted sabe quién es el dueño.

Don Jacinto examinó detenidamente la moneda y le dijo a las niñas:- Esta es una antigua moneda que se creía perdida hace mucho tiempo.

Si realmente quieren saber quién es el dueño original, deberán ir hasta la montaña más alta del pueblo y buscar la cueva del sabio viejo. Las niñas se emocionaron con el desafío y decidieron ir en busca del sabio viejo.

Caminaron durante horas hasta llegar a la cima de la montaña, donde encontraron una pequeña cueva escondida entre las rocas. - ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? - preguntó Aroa tímidamente. Una voz profunda respondió desde el interior de la cueva:- Pasen, queridas niñas. Los estaba esperando.

Las hermanitas entraron con cautela y se encontraron con un anciano sabio sentado en medio de un montón de libros antiguos. El sabio sonrió al verlas y les dijo:- Veo que han encontrado la moneda mágica.

Permítanme contarles una historia: hace muchos años, esta moneda pertenecía a una familia muy pobre que vivía debajo de un puente similar al suyo. Pero esa familia fue valiente y siempre ayudaba a los demás sin importar sus propias dificultades.

Un día, recibieron una recompensa por su nobleza y nunca más volvieron a ser pobres. Yuni y Aroa escuchaban atentamente mientras el anciano continuaba:- Ustedes han demostrado ser igualmente valientes y generosas al buscar al dueño original de esta moneda.

Por eso, quiero hacerles un regalo especial: les daré una casa para que ustedes y sus hermanos puedan vivir cómodamente. Las niñas no podían creer lo que estaban escuchando. Estaban tan emocionadas que corrieron hacia el anciano para abrazarlo fuertemente.

De vuelta en el pueblo, Yuni y Aroa llevaron a su familia a la nueva casa que el sabio viejo les había regalado. Todos estaban felices y agradecidos por la generosidad de las niñas.

A partir de ese día, Yuni y Aroa siguieron ayudando a los demás en su comunidad. Comenzaron un programa de voluntariado para ayudar a los niños más necesitados del pueblo, recolectando ropa y alimentos para aquellos que lo necesitaban.

La historia de Yuni y Aroa se extendió por todo el pueblo, inspirando a otros a ser más amables y generosos. Poco a poco, el pueblo se convirtió en un lugar lleno de solidaridad y amor.

Y así, gracias al valor y la bondad de dos hermanitas valientes, una pequeña comunidad cambió para siempre. Desde entonces, todos aprendieron que no importaba cuán difícil fuera su situación económica, siempre podían encontrar una manera de ayudar a los demás y hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!