La Montaña de la Amistad



Había una vez cinco profesores de educación física llamados Jesús, Javier, Antonio, Pinel y Fernando Quelollevocolgando. Estos amigos decidieron hacer un viaje a una preciosa montaña nevada para disfrutar del aire fresco y las actividades al aire libre.

Cuando llegaron a la montaña, se sorprendieron por su belleza. La nieve cubría todo el paisaje y los árboles parecían sacados de un cuento de hadas. Los amigos estaban emocionados por todas las aventuras que les esperaban.

Decidieron comenzar con una caminata por los senderos nevados. Mientras avanzaban, se encontraron con un pequeño zorro que parecía perdido. "¡Pobrecito!", exclamó Antonio preocupado. "Debemos ayudarlo", dijo Jesús con determinación.

Los amigos buscaron en su mochila y encontraron algunas galletas para darle al zorro hambriento. El animalito se acercó tímidamente y aceptó la comida. Agradecido, les mostró el camino hacia un lago congelado donde podrían patinar.

Todos se pusieron sus patines y comenzaron a deslizarse sobre el hielo mientras reían y disfrutaban del momento. Pero de repente, oyeron un crujido fuerte debajo de ellos. "¡Cuidado! ¡El hielo está agrietándose!", gritó Javier asustado.

Rápidamente, todos se apresuraron a salir del lago antes de que fuera demasiado tarde. Se dieron cuenta de lo peligroso que podía ser no prestar atención a su entorno mientras practicaban deportes. Después de ese susto, decidieron explorar una cueva cercana.

Al entrar, descubrieron que estaba llena de estalactitas y estalagmitas brillantes. Fascinados por la belleza de la naturaleza, decidieron hacer una excursión para aprender más sobre las formaciones rocosas. Pinel, el profesor más aventurero del grupo, decidió escalar hasta lo más alto de la cueva.

Mientras subía, se encontró con un pequeño pájaro atrapado en una telaraña. "¡Ayuda! ¡No puedo volar!", gritó el pajarito asustado. Pinel rápidamente desató al pajarito y lo liberó en el aire.

El pequeño pájaro aleteó felizmente antes de desaparecer entre los árboles. Los amigos continuaron su ascenso y finalmente llegaron a la cima de la cueva. Desde allí, pudieron ver todo el paisaje nevado extendiéndose frente a ellos.

Se dieron cuenta de lo importante que era trabajar juntos y ayudarse mutuamente para superar cualquier obstáculo. Mientras descendían de la montaña, los amigos reflexionaron sobre todas las lecciones que habían aprendido durante su aventura.

Habían aprendido a ser amables con los animales necesitados, a prestar atención al entorno mientras practicaban deportes y a trabajar juntos para superar cualquier desafío. Llegaron al final del viaje sintiéndose inspirados y educados por todas sus experiencias en la montaña nevada.

Sabían que llevarían estas lecciones con ellos en su trabajo como profesores de educación física. Y así, Jesús, Javier, Antonio, Pinel y Fernando Quelollevocolgando regresaron a casa con corazones llenos de gratitud y un espíritu aventurero que nunca olvidarían.

FIN.

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