La montaña de la amistad

En un bosque encantado vivían cinco amigos muy especiales: Elefante, Erizo, Estrella, Escaletra y Escoba. Cada uno tenía sus propias habilidades y personalidad única que los hacía únicos en el bosque.

Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con una gran montaña que parecía imposible de escalar. Elefante miró hacia arriba y dijo:- ¡Vaya! Esta montaña es muy alta. No creo que podamos llegar a la cima.

Erizo, siempre optimista, respondió:- ¡No te preocupes! Seguro podemos encontrar una manera de subir. Solo tenemos que buscarla juntos. Estrella brilló con intensidad y dijo:- Yo puedo iluminar el camino para que no nos perdamos en la oscuridad.

Escaletra, con su forma alargada y curva, propuso:- Podemos usar mi forma para crear escalones y subir poco a poco. Y así fue como comenzaron a subir la montaña, cada uno aportando su talento único.

Escoba se quedó abajo para asegurarse de limpiar cualquier rastro de suciedad en el camino. Mientras ascendían, se encontraron con varios obstáculos: rocas sueltas, ramas caídas y fuertes vientos que intentaban detenerlos. Pero juntos lograron superar cada desafío trabajando en equipo.

Finalmente llegaron a la cima de la montaña y fueron recibidos por una vista impresionante del bosque desde lo alto. Se abrazaron emocionados por haber logrado llegar tan lejos trabajando juntos. - ¡Lo logramos gracias a nuestra amistad y colaboración! - exclamó Elefante emocionado.

Erizo sonrió y dijo:- Nunca hubiéramos llegado aquí sin la ayuda de cada uno de nosotros. Somos un gran equipo. Estrella brilló aún más fuerte y añadió:- Juntos somos más fuertes e invencibles. No hay nada que no podamos lograr si estamos unidos.

Escaletra miró hacia abajo y vio cómo Escoba seguía limpiando el camino con dedicación. Se acercó a él y le dijo:- Gracias por tu importante labor en nuestro viaje. Sin ti, no habríamos podido avanzar tan fácilmente.

Escoba asintió feliz de ser reconocido por su trabajo duro y respondió:- ¡Siempre es un placer ayudar a mis amigos! Desde ese día, Elefante, Erizo, Estrella, Escaletra y Escoba siguieron explorando juntos el bosque encantado enfrentando nuevos desafíos con valentía y confianza en su amistad indestructible.

Y aunque eran diferentes entre sí en muchas formas, sabían que juntos formaban un equipo imparable capaz de alcanzar cualquier meta que se propusieran.