La Montaña de la Autoestima



Carlitos había escuchado muchas historias sobre la Montaña de la Autoestima. Se decía que era mágica y que aquellos que lograban llegar a la cima se sentían más seguros y confiados en sí mismos.

Carlitos estaba decidido a descubrir si esto era cierto. Un día, Carlitos se levantó temprano y preparó su mochila con agua, comida y una brújula. Estaba listo para emprender su aventura hacia la Montaña de la Autoestima.

Caminó por el sendero del bosque, admirando las hermosas flores y escuchando el canto de los pájaros. Después de unas horas caminando, Carlitos llegó al pie de la montaña. Era imponente y parecía desafiarlo a subir hasta su cima.

Sin embargo, Carlitos no se dejó intimidar y comenzó a escalar con determinación. A medida que ascendía, encontraba obstáculos en su camino: rocas resbaladizas, ramas entrelazadas y pendientes empinadas.

Pero cada vez que enfrentaba un desafío, recordaba lo importante que era llegar a la cima para fortalecer su autoestima. "No puedo rendirme ahora", se decía a sí mismo mientras luchaba contra el viento fuerte que soplaba en su cara.

Después de mucho esfuerzo y perseverancia, finalmente alcanzó una pequeña cueva en medio de la montaña. Dentro encontró un anciano sabio sentado junto a una fogata. "Bienvenido, joven aventurero", dijo el anciano sonriendo amablemente.

"Estás cerca de alcanzar la cima de la Montaña de la Autoestima, pero antes debes superar una última prueba". Carlitos miró al anciano con curiosidad. Quería saber qué desafío le esperaba. "Debes escalar una pared vertical sin cuerdas ni arneses", dijo el anciano. "Solo así podrás demostrar tu valentía y confianza en ti mismo".

Carlitos sintió un escalofrío recorrer su espalda. La tarea parecía imposible, pero recordó lo lejos que había llegado y cómo había superado todos los obstáculos anteriores. Con determinación, Carlitos comenzó a trepar por la pared.

Cada vez que sentía miedo o duda, se repetía a sí mismo: "Soy valiente y fuerte". Sus manos temblaban, pero su determinación era más fuerte. Poco a poco, fue ganando altura hasta que finalmente llegó a la cima.

Cuando Carlitos alcanzó la cumbre de la Montaña de la Autoestima, se encontró con una vista espectacular. Podía ver todo su pueblo desde allí arriba. Sintió una oleada de alegría y satisfacción invadirlo.

El anciano sabio se acercó a él y le dijo:"Has demostrado ser un verdadero héroe, Carlitos. Has conquistado tus miedos y dudas durante esta aventura. Ahora posees el regalo más valioso: una autoestima fuerte y saludable".

Carlitos sonrió orgulloso mientras contemplaba el paisaje desde lo alto de la montaña. A partir de ese día, Carlitos se convirtió en un ejemplo para todos en su pueblo.

Les contó sobre su aventura y les recordó la importancia de creer en sí mismos y superar los obstáculos que se presentan en la vida. Y así, gracias a la Montaña de la Autoestima, Carlitos aprendió una valiosa lección: que no importa cuán difícil sea el camino, siempre podemos encontrar fuerza dentro de nosotros mismos para alcanzar nuestras metas y ser felices.

FIN.

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