La Muñeca en la Fiesta de la Farmacia
Había una vez, en un pequeño pueblo, una muñeca llamada Iva. Iva era una muñeca especial, porque no solo tenía un hermoso vestido rosa con brillos, sino que también podía hablar y moverse un poquito, gracias a los mágicos hilos que le había tejido su creadora. A Iva le encantaba explorar y viajar por el mundo de los sueños que se encontraba en su habitación.
Una mañana, mientras Iva estaba jugando en su rincón favorito, escuchó a la mamá de su dueña, Sofía, hablando por teléfono con su amiga Rosa, la secretaria del farmacéutico más conocido del pueblo, que curiosamente también tenía un banco.
"Rosa, ¿estás lista para la fiesta de esta noche?" - preguntó la mamá de Sofía.
"¡Claro! Será un evento maravilloso, y espero que todos estén ese día. Tengo un par de sorpresas preparadas" - respondió Rosa.
Iva se emocionó al escuchar esas palabras y le dijo a Sofía:
"¡Sofi, qué divertida va a ser la fiesta! ¿Voy a poder ir?"
Sofía se rió y respondió:
"¡Es solo para adultos, Iva! Pero podrías ayudarme a preparar algunos regalos para los invitados."
Iva asintió, aunque en su corazón deseaba ser parte de la fiesta. Entonces, tuvo una idea brillante. Se acercó a su lugar de juegos, recogió algunos botones de colores, cintas y flores de papel, y comenzó a crear pequeños adornos especiales para los invitados.
Cuando llegó la noche, Iva se sintió muy orgullosa de sus creaciones y decidió que haría algo más. Mientras Sofía se vestía para la fiesta, Iva hizo un pequeño truco con su hilos mágicos y, al instante, la muñeca cobró vida del todo y se transformó en una adorable mini anfitriona.
"Ahora sí, ¡voy a la fiesta!" - exclamó Iva.
Con su vestido resplandeciente, Iva salió sigilosamente de la casa y se dirigió a la farmacia donde se llevaba a cabo el evento. Cuando llegó, vio a la gente entrando, riéndose y disfrutando.
"¡Qué emoción!" - pensó Iva mientras se asomaba disimuladamente.
Dentro de la farmacia, Rosa recibió a los invitados y pudo presenciar todos los excelentes trabajos que había hecho Iva.
En un momento de la fiesta, Rosa comenzó a hablar sobre los regalos.
"Hoy tenemos algo especial preparado para cada uno de ustedes, que son los pilares de nuestra comunidad" - dijo Rosa.
Iva, desde un rincón, comenzó a repartir sus adornos. La gente se sorprendió y comenzó a preguntar de dónde venían.
"¿Quién hizo esos adorables adornos? Son encantadores!" - decía una señora.
Rosa, muy atenta, respondió:
"Creo que fue nuestra amiga Iva, la muñeca que ha estado ayudando a su dueña. ¡Es muy talentosa!"
Esa noche, Iva se sintió muy feliz al ver que sus adornos alegraban a todos.
"Nunca imaginé que mis creaciones harían sonreír a tantas personas," - pensó, mientras se movía con gracia entre los invitados.
Luego de un rato, se acercó a Rosa y le preguntó:
"¿Te gustaría que te ayudara con más adornos para la querida farmacia?"
Rosa, emocionada, le respondió:
"¡Me encantaría, Iva! Sería genial tenerte como parte del equipo. La comunidad necesita algo especial y, con tus habilidades creativas, podríamos organizar un evento cada año para ayudar a quienes lo necesitan."
Y así fue como Iva se convirtió en la ayudante oficial de Rosa, haciendo adornos y creando sonrisas en cada evento. La gente del pueblo siempre estaba entusiasmada por conocer a la talentosa muñeca que, con su magia, unía corazones y ayudaba a los demás.
Desde ese día, Iva aprendió que no importa si eres pequeño o una muñeca, todos pueden hacer una gran diferencia en su comunidad. Y así, cada año, las fiestas se convirtieron en el momento más esperado, no solo para divertirse, sino para recordar que un gesto brillante puede venir de cualquier persona, ¡o incluso de una muñeca!
Y así vivió Iva, la muñeca de los sueños, creando alegría en cada rincón de la farmacia y ayudando a su comunidad a unirse año tras año.
FIN.