La muñeca reparada


Había una vez un ratón llamado Ruli, que vivía en una pequeña casa junto a su familia. Un día, mientras exploraba el jardín trasero de la casa, encontró una muñeca abandonada y decidió llevársela consigo.

Al llegar a la casa, Ruli mostró la muñeca a su hermana menor, quien estaba emocionada por tener un nuevo juguete. La llamaron Nena y rápidamente se convirtió en parte de la familia.

Un día, mientras jugaban en la sala de estar, Nena vio una banana sobre la mesa y decidió tomarla para jugar con ella. Pero al hacerlo, accidentalmente empujó una silla que estaba cerca y cayó al suelo junto con la fruta.

Ruli y su hermana se asustaron al ver lo ocurrido y corrieron a ayudar a Nena. Al revisarla notaron que había perdido uno de sus brazos debido al impacto contra el piso. "¡Oh no! ¿Qué haremos ahora?", dijo Ruli preocupado. "Tranquilos chicos", respondió Nena con calma.

"No hay nada que no podamos solucionar juntos". Los tres amigos se pusieron manos a la obra para encontrar una solución para el problema de Nena. Primero intentaron pegarle el brazo roto pero no funcionó muy bien.

Luego pensaron en buscar otro objeto que pudiera servir como reemplazo del brazo perdido. Fue entonces cuando Ruli tuvo una idea brillante: recordó haber visto un palito de helado tirado en el jardín trasero.

Corrió hacia allí y regresó rápidamente con el palito en la boca. Con cuidado, Ruli y su hermana pegaron el palito en lugar del brazo perdido de Nena.

Para sorpresa de todos, ¡la muñeca parecía estar más feliz que nunca!"¡Miren chicos! Ahora tengo un brazo nuevo y puedo hacer muchas cosas con él", dijo Nena emocionada. Desde ese día, los tres amigos aprendieron una valiosa lección: no hay problema que no pueda ser resuelto si se trabaja juntos con ingenio y creatividad.

Y así, vivieron felices jugando y disfrutando de la vida como verdaderos amigos inseparables.

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